La Nación
¡Qué reguladera! 1 20 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡Qué reguladera!

FRANCISCO ARGÜELLO

Han buscado eliminar el desfile nocturno de Señorita Neiva, en medio de las festividades sampedrinas, porque a la Policía le quedó grande brindar protección a la ciudadanía en medio de uno de los eventos folclóricos más iluminados del San Pedro. Argumentan robos, atracos, riñas y otras tantas quejas ciudadanas, pero el problema no es el desorden, sino la falta de control de unas autoridades que cada vez parecen perder la mano dura contra los bandidos. Ya, detrás del desfile nocturno, quieren meterse con las cabalgatas y regular lo que ya parece regulado.

Hace bien el Concejo de Neiva en interesarse en ponerle lupa a los desfiles de los caballos, pero exagera. Estupendo que luchen contra el maltrato animal, pero ya le están diciendo al caballista cómo deben vestir. Prohíben-por ejemplo-, el uso de espuelas, perreros y demás, cuando la mayoría de estos elementos hacen parte del atuendo del jinete. Impedirán “el uso de burrotecas o alforjas musicales con amplificadores de sonido en los animales”. En otras palabras, pretenden hacer una romería religiosa de caballos silenciosos.

Nunca he participado en una cabalgata y me importa un pimiento los intereses de los caballistas y las asociaciones que agrupan a los poseedores de estos animales, pero como vamos, deberían suspender las cabalgatas y solucionado el problema porque hacia allá vamos. Los animalistas, admirados en algunos casos, por la protección a los ejemplares, acabaron con las corridas de toros y ahora van por las cabalgatas. O, ¿les parece bien que en adelante los jinetes no puedan ingerir licor durante los desfiles? Me excusan, pero, ¡qué desfile más aburrido! Así como hay decenas de caballistas que se divierten sin una gota de licor, otros lo consumen sin generar inconvenientes. El problema es contra los insoportables que se tornan agresivos encima de un ejemplar y comienzan a generar desorden. A ellos deberían reforzarles las sanciones y las multas (ahí si no se mete el Concejo). O, ¿quién controlará que un caballista en un recorrido no consuma licor? ¿La Policía?, ¿la misma que no fue capaz de garantizar la seguridad en el desfile de Señorita Neiva? Pero, ahí no terminan las restricciones. El Concejo pretende reglamentar que en las cabalgatas oficiales- organizadas por la Gobernación o la Alcaldía- participen hasta 2.500 caballos. Este 2022, tras más de dos años sin cabalgatas por la covid-19, seguramente los caballos pasarán de 3.500, como ocurrió en unos años. La cifra debería ampliarse. Es absurdo limitar a un sector que también necesita reactivarse económicamente.

Por cierto, en el informe de ponencia del proyecto de regulación de cabalgatas no me quedó claro que “12 meses contados a partir de la aprobación y promulgación del proyecto, el comité de cabalgatas deberá exigir al operador del desfile de caballos, el registro previo de inscripción sistematizado de los participantes, es decir, nombre, cédula, dirección de residencia, correo y foto del caballo”. O, no entendí o pretenden que un año antes se inscriban los jinetes que montarán en un desfile. ¡De chiste!

Jaime Unda es el concejal ponente. Así como el proyecto tiene restricciones razonables, debería ponerle lupa a las que ya caen en la exageración y la burla.

Nota uno: ojalá detrás de las cuatro cabalgatas privadas no esté la concejal Victoria Castro, tal como se está ventilando en los mentideros políticos.