Sólo en el país del Sagrado Corazón, en este mismo del realismo mágico “garciamarquiano” en donde la ficción con frecuencia suele ser superada por la vida diaria, ocurren cosas como estas y nada pasa. La ciudad, la región y la misma Nación – es decir todos los contribuyentes – nos gastamos la impresionante cifra de 34.500 millones de pesos para construir y poner en funcionamiento un enorme tanque de agua, que no funciona. ¿Dónde quedan los principios de eficiencia, eficacia, planeación y economía que deben regir en la ejecución de los recursos públicos?
Y el tanque enorme, lleno a reventar cuando se inauguró el 24 de mayo pasado luego de una espera inexplicable de más de seis años – con el curioso nombre de “Poco a poco” – está vacío. Lo tuvieron que vaciar por un problema técnico que, según los actuales responsables, viene desde cuando se ejecutó el primer proceso de construcción. Y lo arreglarán en unos 15 días. Un daño en una “válvula mariposa de descarga” dicen los técnicos que es el problema, que obligó a eliminar 250 mil metros cúbicos de agua. Y aquí es pertinente preguntar si, aparte del costo de la suspensión y del arreglo del desperfecto, esa gigantesca cantidad de agua cuánto costó o costará a la ciudad, quién la pagará o se irá dentro de las llamadas cuentas de “agua no contabilizada”; según Empresas Públicas de Neiva (EPN), el solo tratamiento de cada metro cúbico de agua nos cuesta entre 250 y 500 pesos, es decir que estamos hablando de una pérdida de agua que nos vale tratar entre 62.5 y 125 millones de pesos.
Y para ser más claros en la real utilidad de esta mega-obra, con un mega-costo, es que este reservorio – con sus aplazamientos, suspensiones, sobre costos y funcionamiento irregular – entra en operación única y exclusivamente cuando no sea posible captar agua del río Las Ceibas. Solo en esas circunstancias, de manera que cuando haya daños técnicos en las tuberías o en las mismas plantas de tratamiento o se requiera el mantenimiento de las mismas, no se podrá hacer uso de esa agua almacenada. Ese es el cuento completo que tenemos que saber para no esperar más.
Y ahora nos dicen que se dañó la “válvula mariposa de descarga” porque no se le dio mantenimiento oportuno y sufrió una avería que los expertos llaman normal y que la detectó un operario del reservorio hace cerca de 15 días. El funcionario informó a las EPN y un equipo técnico se desplazó hasta el lugar para analizar la situación. Y demorarán 15 días en arreglarla, esto es dos semanas sin agua almacenada y sin la posibilidad de que el reservorio funcione para lo que fue construido.
En esas estamos. Después de seis años y 34.500 millones de pesos el reservorio solo nos servirá “Poco a poco”, y a veces como ahora, no no servirá. ¿Servirá?
“¿Dónde quedan los principios de eficiencia, eficacia, planeación y economía que deben regir en la ejecución de los recursos públicos?”
EDITORIALITO
El Gobierno Nacional, autoridades regionales y dirigentes cafeteros siguen explorando alternativas para frenar el paro agrario, que no le conviene a la región. Ojalá que prime en este caso la concertación para detener la movilización.