Hace bien la Contraloría General de la República en empezar a llamar a cuentas a los mandatarios que habrían incurrido en anomalías alrededor de los mercados y kits alimentarios entregados durante los primeros meses de la pandemia en 2020.
Muchos huilenses fueron testigos de los ‘excesos’ que se registraron en varios municipios durante la entrega de estas ayudas alimentarias necesarias para solventar la crisis que desató el confinamiento nacional decretado en aquella oportunidad. Lamentablemente, muchos de estos apoyos no llegaron a los menos favorecidos o se ‘perdieron en el camino’.
Lo que ha encontrado la Contraloría en el municipio de Aipe es francamente escandaloso. Un total de 51 personas ya fallecidas aparecieron como beneficiarios de los mercados entregados por la Administración Municipal. Y otras 197 personas recibieron ayudas humanitarias con documentos falsos o adulterados. Todo esto se dio en el marco de dos contratos sin licitación que adjudicó la Alcaldía para la entrega de 4.500 mercados a familias de bajos recursos económicos, por un valor de $556,47 millones.
El organismo de control consideró que hubo “deficiencias en la gestión, seguimiento y control de la ejecución y supervisión de los contratos”, por lo que ordenó la apertura del proceso de responsabilidad fiscal y vinculó como presuntos responsables al actual alcalde Octavio Conde Lasso y a su secretario de Planeación, Javier Charry Rojas, como supervisor de ambos contratos.
Los mandatarios no pueden sacarle el cuerpo a sus responsabilidades. Cuando firman un contrato –en este caso no era cualquier contrato, era nada más ni nada menos que el dirigido a asegurar la comida para decenas de personas pobres afectadas por el confinamiento–, deben garantizar el cumplimiento eficiente de su ejecución. En este caso, deja mucho que desear que la Administración Municipal no haya constatado algo elemental: el estado real de los listados de los beneficiarios.
“Muchos huilenses fueron testigos de los ‘excesos’ que se registraron en varios municipios durante la entrega de mercados necesarios para solventar la crisis que desató el confinamiento nacional decretado en aquella oportunidad”