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Ramiro Adolfo Muñoz – Los niños indefensos

A pesar que el Estado tiene un importante andamiaje para proteger a los menores, aún hay muchas debilidades que persisten y quedan en evidencia cuando ocurren tragedias. A pesar que el Estado tiene un importante andamiaje para proteger a los menores, aún hay muchas debilidades que persisten y quedan en evidencia cuando ocurren tragedias. ¿Cuántos niños en Colombia arriesgan su vida cada día?  Los riesgos se encuentran desde aquellos escolares que atraviesan un río en tarabita todos los días para ir al colegio; o los niños que deben atravesar campos donde ha sido sembradas minas explosivas; o los niños que todos los días ven a sus padres manipular armas y que en algún descuido las dejan a su alcance; o los niños que se arriesgan corriendo al pasar una vía con alto tráfico de vehículos; o los niños que montan una bicicleta sin protección alguna y transitan en medio de los carros. Y qué decir de los niños que viajan colgados en las motos, con padres irresponsables que no miden el riesgo al que someten a sus infantes.  O los niños que transitan solos sin un adulto responsable. A veces uno no encuentra explicación para que exista tanta vulnerabilidad y veamos pocas acciones en torno a minimizar los riesgos de los niños. Quizás las soluciones sean más fáciles de encontrar si existiera sentido común y acciones directas; por ejemplo, las autoridades deberían evaluar los riesgos que tienen los niños en su tránsito al colegio.  Es en este trayecto donde se presentan muchas veces estados de alta indefensión; primero que todo, un niño no debería ir solo al colegio;  el camino, si lo hace a pie, debería contar con la señalización adecuada para que los vehículos disminuyan la velocidad o paren en caso que un menor esté atravesando la vía.  Sin embargo, uno ve a muchos conductores que poco les interesan las señales de tránsito y mucho menos brindarles protección a los niños. En el campo las autoridades militares también deberían evaluar los riesgos de los niños y hacer inspección de sus recorridos a las escuelas, con el fin de detectar si existen minas u otros riesgos que pudieran comprometer su integridad. Son indefensos también los niños que son sometidos a acompañar a los adultos que piden limosna para hacer más dramático el cuadro familiar. Esperamos que cada día avancemos en la protección de los niños no solo por parte del Estado sino también por parte de todos los ciudadanos.