¿Tiene algo que ver un ejecutivo encerrado en un baño, en un rascacielos de Nueva York, consumiendo cocaína con los indígenas en el Cauca afectados por el enfrentamiento entre fuerzas militares y la guerrilla? ¿Tiene algo que ver un ejecutivo encerrado en un baño, en un rascacielos de Nueva York, consumiendo cocaína con los indígenas en el Cauca afectados por el enfrentamiento entre fuerzas militares y la guerrilla? La violencia en Colombia ha cambiado su motivación de acuerdo a la época; hace 70 años era por la desafortunada división partidista, promovida por los gobiernos de turno, la cual generó una barrera que marcó y afectó el desarrollo social en el país, aún hoy con algunos rezagos. Detrás de la violencia sus reales intereses estaban en la concentración del poder y de la riqueza que condujo a una gran desigualdad social también hoy vigente. El centralismo desafortunado, el menosprecio a la provincia y la falta de un liderazgo sano, generó que esta situación durara varias décadas. Pero esta violencia cambió su motivación. Luego de terminar el Frente Nacional (1974), acuerdo entre los principales partidos para turnarse el gobierno y frenar la polarización política, vino otro fenómeno con el cual resurgió el conflicto y la crisis social en nuestro país: la coca. Con la supuesta liberalidad de las costumbres, promovida externamente con el inicio de vicios como el consumo de estupefacientes, empezó el cultivo masivo de marihuana y de coca en el abandonado sector rural colombiano. Se crearon grandes carteles que con las multimillonarias ganancias filtraron a la sociedad en todos sus sectores. Se inició en el país la guerra entre el bien y el mal, para algunos sin distinción entre ambos tópicos, líderes sacrificados, desplazamientos y finalmente la consolidación de la delincuencia narcotraficante, de la cual hacen parte la guerrilla y los paramilitares. Sin embargo, a pesar que la lucha contra el narcotráfico se ha constituido en parte importante de los programas de gobierno, pareciera que este fenómeno se niega a desaparecer porque existe un ingrediente que lo fortalece: el consumidor. ¿Qué pasaría si no existieran consumidores como aquel ejecutivo en un rascacielos de Nueva York? ¿Qué pasaría si los científicos encontraran una vacuna contra la necesidad de drogarse? A veces las luchas contra las pandemias de la sociedad, como en este caso, pueden estar mal enfocadas. ¿Cuánto le cuesta a nuestro país sostener esta guerra que está basada exclusivamente en el narcotráfico? ¿Por qué la lucha no se centra a nivel mundial en promover el No consumo y más bien fortalecer los valores como la esencia de la familia y del mismo ser humano?