La Nación
Rechazo al vandalismo 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Rechazo al vandalismo

Por: Maritza Rocío López Vargas

Los hechos presentados durante las marchas del 22 de noviembre de 2019 y 21 de enero del 2020 conducen nuestra mirada al comportamiento humano, cambia la perspectiva de la vida política, demuestra lo inadecuado de este tipo de prácticas sociales y crea una voz de alerta entre los ciudadanos de bien.

Las marchas pacíficas convocadas resultaron empañadas por los saqueos al comercio, la destrucción total o parcial del patrimonio cultural, los bloqueos de vías, ataques al transporte y agentes de la fuerza pública, grafitis, actos de provocación, activismo, uso de las redes sociales para insultar, difamar, calumniar o esparcir todo el resentimiento y la furia almacenada por unos pocos, durante años.

El comportamiento de las personas que opacaron los verdaderos motivos de las marchas contra el Gobierno Nacional, se enmarcaron en concepciones anarquistas como rechazo a la autoridad, otorgando absoluta prioridad al juicio individual, situación que dista, de los valores de nuestra democracia.

Resulta absurdo callar, promover, incentivar, apoyar o celebrar los intereses de terroristas verbales que destruyen todo a su paso a través de la palabra, así mismo, la creación de distractores para crear jornadas delictivas, generar atmósferas de incertidumbre y pánico colectivo en el interés de satisfacer mezquinos y peligrosos intereses particulares. La historia de violencia en el país, nos debe de enseñar que es sólo a través del diálogo, la sensatez y los argumentos es que debemos hacer valer nuestros derechos y libertad política.

La sociedad no puede seguir viéndose envuelta en una espiral de violencia verbal y material, el vandalismo no puede seguir siendo utilizado como estrategia política, como parte de una democracia, como instrumento de sometimiento o de control; las personas de bien no podemos caer en el juego criminal de unos pocos, que queriendo ganar adeptos o lograr más botos sacan provecho de la situación, incentivando la activación de la violencia en un país que por décadas a sufridos sus rigores, que ha dejado miles de huérfanos, familias desintegradas y cientos de proyectos de vida truncados.

Resulta imprescindible que se tome más en cuenta las experiencias y opiniones de los líderes pacíficos, que prevalezca la razón sobre la emoción, la sensatez sobre la impulsividad, que se demuestre una verdadera disposición al diálogo, se disminuyan las tensiones, se refleje el compromiso individual y colectivo frente a la paz.

No necesitamos más violencia ya suficiente sangre ha corrido a lo largo de la historia del país, rechacemos a los violentos y agitadores profesionales, de lo contrario será imposible erradicar la épica de confrontación que segmenta, que decrece el desarrollo de la sociedad, malogra el bienestar y salud mental de los ciudadanos.