A punto de fallecer estuvo Jorge Eduardo Pineda, quien recibió un disparo en su estómago, se estaba desangrando y alcanzó a ser remitido desde la zona rural al hospital San Vicente de Paul de Garzón, donde milagrosamente pudieron estabilizarlo.
En un hecho que no es muy claro y es materia de indagación por parte de las autoridades, este hombre resultó con una herida de bala en su abdomen, lo que lo puso en grave riesgo de muerte porque no había un centro de salud cercano.
Luego de quedar malherido algunos allegados y personas lo ayudaron, trataron de parar la hemorragia y como pudieron lo llevaron de urgencias hasta el casco urbano, donde ingresó al hospital y los médicos pudieron salvarlo con una intervención quirúrgica a tiempo.
“Al llegar al centro asistencial, el médico que lo atendió le detuvo la hemorragia y luego fue llevado a sala de cirugía, donde le realizaron una laparotomía con el objetivo de extraerle el proyectil que tenía alojado en el abdomen”, indicaron las autoridades.
El agricultor se encontraba en una finca en la vereda Monserrate, cuando recibió el balazo. Pero se desconocen los detalles del caso y no se sabe de dónde pudo provenir el proyectil que se alojó en su cuerpo.