Alexander Molina Guzmán
Al escribir esta columna, el candidato demócrata Joe Biden estaba a punto de lograr la presidencia de los Estados Unidos; sólo le faltaban seis votos electorales para lograrlo. Pero al margen de la elección, es necesario hacer unas observaciones sobre el fenómeno de Donald Trump en la política.
Para que el ejercicio de votar sea digno y los políticos sean dignos de elegir, los votantes tienen que recuperar su dignidad a la hora de una elección. Y Donald Trump es un ejemplo perfecto para decir que los votantes deben recuperar su dignidad en una elección, por lo siguiente: Donald Trump es misógino (aversión a las mujeres), ve a las mujeres como una utilidad, como una cosa que se compra, se vende, se manosea y se desecha. Entonces, no se entiende cómo hay mujeres que votan por él. Él es racista y sus frases y acciones las sufren los negros, los mexicanos, los musulmanes, los latinos…”Este es un país que habla inglés, no español” es una de sus hirientes frases. Entonces, no se entiende cómo es que hay negros y latinos que votan por él. Es un mitómano (adicto a mentir para conseguir beneficios) y, de hecho, se ha calculado que en el ejercicio de su presidencia ha dicho un poco más de 16 mil mentiras. Entonces, no se entiende cómo es que la gente exige honestidad en la política, pero termina votando por un enfermo mentiroso. No tiene consideración con el medio ambiente, cree que la naturaleza debe estar al servicio de la avarienta ambición del hombre. Entonces, no se entiende cómo es que hay gente que exige que haya protección del medio ambiente y vota por una persona abiertamente depredadora de la naturaleza. Él desafía a la ciencia sin ser científico y, por supuesto, sin aportar pruebas de sus “argumentos”; por ejemplo, niega el cambio climático, contradiciendo a miles de científicos, y sin ninguna prueba sólo atina a decir que es “un cuento chino”. Entonces, no se entiendo cómo es que hay gente de ciencia que lo apoya.
¿Cómo entender esto? Tal vez, desde este punto de vista: Cuando una mujer vota por un misógino, cuando un discriminado vota por un racista, cuando un votante exige verdad en la política pero vota por un mitómano, cuando un votante exige protección de la naturaleza pero vota por un depredador de ella, cuando hay científicos que apoyan a un analfabeta científico, es porque han perdido la dignidad como personas y se vuelven esclavos de ese “nuevo amo”. La dignidad en la política, eso es lo que hay que recuperar.