Antes de la Semana Mayor que acaba de pasar, el gobierno nacional dio a conocer el comportamiento de la economía colombiana con base en el desempeño del PIB durante el 2012. 4% creció la economía, una cifra mejor que la esperada y que llevó al Ministro de Hacienda a celebrar el resultado considerándolo mejor que los de muchos países latinoamericanos, lo cual es cierto frente a Brasil, por ejemplo. Sin embargo, casi al mismo tiempo, el jefe de planeación, Mauricio Santamaría anunciaba un plan de choque, a simple vista contradictorio con los resultados que se celebraban por el mismo gobierno. ¿Por qué ocurrió esto? Porque, en detalle, el comportamiento del PIB no es bueno sobre todo en términos de empleo. En efecto, el crecimiento fue apalancado mayoritariamente por la minería que aumentó 5.9% seguido de los establecimientos financieros, seguros y servicios a las empresas con 5.5%, actividades que hacen parte del llamado sector NO real de la economía ya que apoya a las actividades productivas y depende de los resultados de esta. Las actividades de servicio, en donde se sitúa el gobierno, crecieron 4.9%, entre los sectores que más crecieron. La minería, se sabe, es intensiva en capital pero no en mano de obra por lo que no es bueno generar una dependencia tan grande como se percibe ahora. Por el contrario, la industria se contrajo 0.7%, el sector primario apenas creció 2.6%, el suministro de electricidad gas y agua 3.5% y la construcción, que venía aportando más de 5% al PIB Nacional, redujo su participación al 3.6%. Con este panorama, tiene razón Santamaría al hablar de plan de choque para reactivar la industria e impulsar la agricultura que pasan por grandes dificultades. Pero este plan hay que verlo también como una oportunidad para revisar el modelo económico como muchos analistas lo han pedido. La baja reciente en la tasa de referencia del banco de la República apunta a estimular el consumo interno y reducir los costos de los empresarios pero, de hecho, no son suficientes. Pero ojalá que estos planes de choque no vengan únicamente en forma de subsidios porque esta no es la solución. Mejor que bajen los costos para que sean los mismos empresarios los que encuentren las soluciones. Y en los aranceles puede estar mucho de la solución. Estaremos atentos.