La Nación
Reflexiones en torno a la Tauromaquia 1 23 abril, 2024
COLUMNISTAS

Reflexiones en torno a la Tauromaquia

Maritza Rocío López V.

Detrás de la Tauromaquia se entretejen factores sociales, culturales, económicos y ecológicos; para algunos representa un problema de injusticia social, ilegalidad e irrespeto a una profesión, una violación de los derechos y libertades del ciudadano, que por voluntad propia, decidió ser taurino; para otros representa un símbolo de cobardía del humano, un derrame cruel y violento de sangre, de un animal que no pidió ser objeto de tortura, para beneficio del humano convirtiéndose en la más grande y desafortunada víctima de una realidad, que vive el país

Aunque la tauromaquia y el espectáculo  taurino, constituya un arte, una cultura, que encierra toda una historia, lenguaje, costumbres y tradiciones; en lo personal considero que representa  una práctica inhumana que no debería tener cabida en nuestra sociedad,  una  tortura sistemática, un  acto de crueldad animal. Mi posición en contra de la tauromaquia, es básicamente contra del maltrato animal injustificado, contra de la violación de los derechos del animal que sufre una tortura cruel, lenta y el asesinato del mismo, convirtiéndose en un acto de entretenimiento humano.

¿Qué pasará por la mente de una persona, cuando se emociona  al ver a otro exponer su vida, mientras la suya se encuentra protegida en la gradería? ¿Hasta qué punto esta acción de maltratar, de tratar mal, de infligir un daño físico a un ser vivo, podría escalar a otros seres vivos?, ¿acaso la crueldad, no es crueldad siempre?, ¿será que detrás de la Tauromaquia no se refleja  un halo de  arrogancia del ser humano?

Sin importar los motivos para acudir, participar y difundir la Tauromaquia, la emoción o adrenalina que ésta genera o que represente una cultura para algunos; sería buenos reflexionar acerca del mundo que encierra la tortura y muerte.  La tradición ni la cultura deberían bajo ninguna circunstancia, justificar la violencia;  ningún animal le interesa ser criado para sufrir.

Mucho se habla de la cultura de la paz, que debe ser fomentada e inculcada desde la primera infancia, pero si se aprueba la tortura y maltrato a un animal hasta la muerte, ¿No estaríamos yendo en contravía de éste  principio rector? ¿Hasta qué punto presenciar la muerte de un ser vivo en directo, puede afectar la psiquis de un niño? Si los adultos toleramos, argumentamos o fomentamos la violencia en escenarios donde realmente no existe equidad entre los contendores ¿Cómo actuaremos  frente a otros casos de violencia?

Las nuevas generaciones requieren bases sólidas sobre las qué tejer sus relaciones sociales, la comprensión de la violencia y la interiorización de actos de paz; como adultos responsables y como sociedad, debemos tener respuestas claras y coherentes frente a la práctica de la crueldad, como entretenimiento. Considerar un poco más el bienestar mental y emocional de los espectadores que están expuestos a la violencia de la tauromaquia, no está nunca de más.