La Nación
Reforma agraria integral 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Reforma agraria integral

Por múltiples razones, especialmente por el anuncio de campaña del actual presidente Petro, se ha puesto en la agenda de país el tema de Reforma Agraria, con los efectos que ello trae entre aspirantes a tierras organizados, otros de manera improvisada se están expresando en las regiones incluso invadiendo predios como presión para lograr el objetivo.

Clama a gritos una Reforma Agraria Integral, contemplada en el Acuerdo de Paz, pero esta no es como algunos creen con el solo acceso a la tierra. Esto implica cómo se utiliza el suelo fértil de la mejor manera y cómo se optimiza donde hay disponibilidad como en la altillanura con más de 10 millones de hectáreas que pueden convertirse en una despensa agrícola.

No hay que tenerle miedo a la Reforma que con el marco legal actual y con algunos instrumentos legales adicionales, se puede desarrollar una reforma agraria contemporánea, con redistribución de tierra, con un mapa productivo definido que pueda ayudar a la implementación del catastro multipropósito. Se puede ayudar con un agresivo programa de formalización de propiedad de la tierra, acompañada con la creación de la jurisdicción agraria.

Acompañado de lo anterior hay que crear condiciones de dignificación del campesinado actual; acordémonos que en nuestro país subsisten en simultáneo tres Colombias: la próspera, de unos pocos; la de supervivencia, de la mayoría de nuestros connacionales; y la olvidada y atrasada que coinciden la ruralidad colombiana. Luego es menester generar habitabilidad, mejoras en vías, educación y productividad de los campesinos que se mueven al medio de las carencias de estos bienes públicos y con los efectos del fragor de la guerra.

En la reforma agraria integral se tendrá que tener claro los conceptos de cadenas productivas y emprendimiento agroindustriales, en donde debe caber el concepto de Alianzas Público Privadas.

No es tarea fácil lo que estamos hablando, pero es obligación del Estado coincidente con el propósito presidencial, y la oportunidad de desarrollar el campo para hacer justicia social, pero también para ver si somos capaces de convertirnos en lo que prevé la FAO, a una Colombia con el actual potencial agrícola convertirse en un proveedor de alimentos frente a la demanda creciente de la población mundial hacia el 2050.

Una de las cosas importantes para lograr tan alto objetivo es que los actuales funcionarios del sector agropecuario público se dediquen a la estructuración de las propuestas, planificación de las políticas y de los programas a desarrollar en esta dirección, y tener cuidado de lo que digan en esta materia no vaya incentivar el desorden en los procedimientos a utilizar por los aspirantes a tierra.

Quiera Dios, que este empeño después de tanto tiempo sea posible.