La Nación
Reforma al Congreso: no solamente salarios y vacaciones. Parte 1 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Reforma al Congreso: no solamente salarios y vacaciones. Parte 1

Al margen  de las mejores intenciones que asistan al nuevo gobierno para mejorar el país, no es ecuánime la propuesta del Congreso tendiente a reducir sus salarios y vacaciones pero a partir de 2026, es decir los actuales “honorables” se excluyen; algo similar ocurrió en 1992 cuando se debatió la privatización de la salud, los legisladores argumentaron que la reforma era “Muy buena”, pero se excluyeron de la tiranía de las EPS, de ahí la histórica expresión “Quien ha sido es, no dejará de ser y guarda para la vejez”. Es pertinente recordar algunos aspectos sobre la trayectoria del Congreso, especialmente en labores legislativas que es su razón de ser, y labores ajenas o extra-legislativas (Intervenir en contratos y nombramientos de nómina, viajar semanalmente a sus regiones principalmente por razones electoreras). Aprobamos una Constitución progresista   pero la inauguró un Congreso neoliberal, además revanchista por haber sido revocado.

Reconociendo que algunos congresistas han actuado con responsabilidad, es claro que dado el inmenso poder del legislativo, su avaricia y carácter de juez y parte, se erigió como el ente más repudiado (80-90% según encuestas) por ser:  Abusivo y voraz,  impulsó mecanismos para incrementar sus salarios por encima de la inflación y del salario mínimo, esto representó que el ingreso mensual del congresista que era igual al salario mínimo de 17 trabajadores en 1992, en 2022 dicho ingreso mensual equivale a 35 veces el salario mínimo (Revista Semana), además administran casi toda la nómina oficial. Perverso y corrupto, por distorsionar una Constitución social-demócrata, y entrometerse en contratos para favorecer a sus financiadores y apropiarse de recursos públicos, tenemos varios escandalosos casos. Ilegítimo, pues el sistema electoral está diseñado para que gran parte de la votación se compre bajo varias modalidades, como ocurrió con la empresa electoral administrada por Aída Merlano. Oneroso y derrochador, además de los altos emolumentos se han “engargolado” privilegios que implican detrimento del presupuesto (Camionetas, asesores, celulares, salarios en especie…). Impunidad, muchos actos irregulares no se sancionan, pues ellos son los jueces, es el caso de la alarmante inasistencia a sesiones detectada por estudios (Katerine Juvinao), nunca hubo una sanción ejemplar, y el colmo, muchos congresistas que terminan su periodo no devuelven las camionetas ni otros elementos y nada pasa. Incompetente y negligente, por el reducido tiempo de trabajo presencial legislativo (80 días-año, 3 días-semana, ausentismo…) y amplia labor extra-legislativa, no permite debatir y analizar la problemática nacional, de ahí el recurrente pupitrazo; negligentes cuando afectan sus intereses, diligentes si de aprobar privilegios se trata.

Además, dada la interdependencia de poderes y favores, varias sesiones presenciales se dedican a impulsar allegados para dirigir entidades de control. Suponiendo una reducción de salarios y vacaciones (De 4 a 2 meses) no   erradicaría la irracionalidad y la corruptela, peor aún podría reproducirse el   revanchismo de hace 30 años.