La Nación
Relato de un adicto en el confinamiento 1 24 abril, 2024
HUILA

Relato de un adicto en el confinamiento

Le llaman ‘popeye’, no por los músculos, sino por la curiosa pipa que lo ha acompañado durante más de 10 años en las calles de Neiva. Hoy, es morador del coliseo, convertido en albergue temporal por la pandemia.

 

El humo de la pipa de Francisco Javier Rivera se ha esparcido por las principales calles y avenidas de Neiva, adentro puede haber bazuco o cocaína; en el mundo de las personas en condición de indigencia, este hombre de 38 años es conocido como ‘popeye’ desde hace más de 10 años de los 15 que lleva consumiendo.

Las combinaciones de diferentes sustancias psicoactivas, el hambre, las interminables caminatas al sol y al agua y demás implicaciones de vivir sin un techo y familia, ha hecho mella en el cuerpo y le ha dejado profundas cicatrices en su cara. En la parte inferior del ojo derecho está situada la más notoria, una línea de por lo menos dos centímetros, con una profunda impresión, de lo que parece haber sido una cortadura.

Lánguido, de piel morena y sobrellevando el síndrome de abstinencia, el hombre sobresale del resto de sus compañeros, además, por su espíritu de líder. Difícil de comprender después de todo. Es quien se encarga del área de lavado de ropa y de “cuidar la casa”, como le llama, al coliseo ‘Álvaro Sánchez Silva’, en otrora punto de encuentro de figuras deportivas, pero ahora convertido en el hogar, temporal, para las personas en condición de indigencia en la capital del Huila.

Por el momento, la calle deberá esperar para las más de 300 personas sin techo como Faiber. En el coliseo, para ayer en horas de la mañana había 137 refugiados, entre hombres y mujeres, muchos no aguantan el encierro y otro tanto más alto continúan ingresando por su propia voluntad.

Francisco llegó al lugar el pasado lunes seis de abril buscando salvaguardarse de la pandemia y acatando la convocatoria de la Administración Municipal. De su lado, otras 69 personas más también se acogieron al llamado. Todos son adictos al consumo de sustancias psicoactivas, muchos van en contra de las normas, han sido protagonistas de diferentes delitos, pero ahora están confinados compartiendo un mismo escenario. Una situación difícil de sobrellevar.

“Mire, linda, yo cuento los días y a fecha de hoy –ayer- llevo 25 días sin consumir, lo hice desde que comenzó todo esto. Aquí dentro llevo solo ocho días. He tenido mucha ansiedad, dolor de cabeza, ganas de llorar, y he llorado. Todo eso le da a uno por la desintoxicación”, cuenta Francisco.

“Hace tres días hablé por teléfono con mis hijos, me dicen que me extrañan y que deje la adicción, pero, siendo honesto, ya perdí la cuenta de cuántas veces he intentado superarla. Pido ayuda y luego vuelvo y recaigo”, confiesa.

Durante sus últimos momentos de lucidez uno de los recuerdos más recurrentes ha sido la muerte de su padre, para esa ocasión también intentó aprender a controlar su adicción. “El ayudante que él tenía le vació gasolina encima y le prendió fuego. Murió calcinado. Yo era habitante de calle y fui al entierro así, pero me hice lejos”.

Limitaciones para acceder a las drogas

Cuando comenzaron las primeras medidas en la ciudad, se disminuyeron las ventas y el consumo de sustancias psicoactivas. Ya no había chatarrerías abiertas, ni reciclaje para vender. Los jíbaros no acudían a las ollas. Algunos optaron por el cigarrillo o por el bóxer, y otros comenzaron, obligatoriamente, un periodo de abstinencia.

Dentro del albergue, “muchos tienen ansiedad y la manifiestan peleando, pero es pasable, porque convivir entre tantas personas es difícil”, anota Francisco.

En esa misma línea, Johana Cardozo, coordinadora del Programa Casa de Apoyo al Habitante de Calle, señala que “lo más difícil de manejar es la conducta agresiva y  comportamientos adecuados, como daños en puertas, rejas, y hurtos entre ellos mismos”.

El primer toque de queda, entre las ocho de la noche y cinco de la mañana, como medida para restringir la movilidad en Neiva, se dio el pasado 17 de marzo. Los días 21, 22, 23 y 24, la ciudad estuvo con limitación de movilidad total. Y el miércoles 25 el Gobierno Nacional decretó la cuarentena a nivel nacional que aún se mantiene. El pasado 6 de abril entró en funcionamiento el albergue provisional en el coliseo.

Las autoridades también concuerdan que por la situación el expendio de drogas en la ciudad se ha reducido, y que para los habitantes de calle es más difícil tanto obtener los recursos como acceder a las sustancias. Los que están en el albergue transitorio sufren de algunas enfermedades derivadas de su condición, se aprecia fuerza de voluntad, por parte de algunos, y desesperanza, del lado de otros. Para el viernes, 10 personas no habían soportado el confinamiento, agarraron sus pocas pertenencias y regresaron a las calles.

La directriz por parte del Programa Casa de Apoyo al Habitante de Calle es admitir la entrada por algunos días más y luego cerrar puertas. Y para aquellos que se han ido no se les permitiría el reingreso.

“Esto es como una familia, ha sido una acogida excelente. He hecho un proceso de rehabilitación con mis compañeros. Ellos son seres como todos. Algunas personas creen que somos lo peor de la vida, pero no se han puesto a pensar en que desafortunadamente caímos en un abismo que es la droga, que nos ha marcado, nos ha separado de nuestras esposas, pero todos merecemos una oportunidad. Esto me ha servido para recuperarme nuevamente, no quiero volver a consumir”.

Francisco, trabaja como mecánico, pero el último sueldo lo destinó completamente para el consumo.

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El albergue 

LA NACIÓN estuvo ayer en el coliseo, en donde permanecen 137 habitantes de calle; ocho de ellos son mujeres y 18 son adultos mayores. Están recibiendo atención médica y son sujetos de un trabajo interdisciplinario con psicólogos, fisioterapeutas, educadores, entre otros profesionales, informó Johana Cardozo, coordinadora del Programa Casa de Apoyo al Habitante de Calle.

Voluntarios de la Defensa Civil, cinco policías, un médico, cuatro jefes de enfermería, y seis auxiliares de enfermería brindan apoyo constantemente. El lugar se dio en el marco de la declaratoria de confinamiento obligatorio por parte del Gobierno Nacional, como medida para prevenir la propagación del coronavirus (covid-19).

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Riesgos por consumir bazuco 

De acuerdo con Échele Cabeza, una organización no gubernamental para reducir y mitigar el riesgo de consumo de sustancias psicoactivas,  los principales riesgos de consumir bazuco se reflejan en el deterioro neurológico y en el organismo. Produce destrucción del tejido cerebral y pérdida de la memoria en forma irreversible.

A diferencia de otras sustancias psicoactivas, el aumento en su consumo genera una gran dependencia y adicción.

Los principales riesgos tienen que ver con las alteraciones pulmonares y cardíacas, ya que al ser fumado produce quemaduras en el árbol traqueal y bronquial. La deshidratación y los problemas digestivos son frecuentes, así como las enfermedades de la piel y diferentes infecciones relacionadas con depresión del sistema inmunitario (bajas defensas por consumo y desnutrición) y la exposición a agentes infecciosos, también son reiterados los problemas circulatorios. Las alteraciones en el ciclo de sueño y vigilia son severas y ello trae complicaciones para el sistema nervioso central que se ven reflejadas en cambios del comportamiento y movimientos involuntarios (tics y/o carramaneo).

Otro de los principales riesgos tiene que ver con la voluntad, asumida como una facultad que tiene cualquier persona de decidir y ordenar sobre su propia conducta, ahora afectada por el consumo prolongado de bazuco, lo que lleva a que en algunos casos se manifieste en un estado de dejadez personal, seguido de abandono familiar y del círculo social para vivir en condición de habitante de calle.

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Alerta por comportamientos agresivos 

El que muchos de los habitantes de calle no se acojan al albergue y continúen deambulando representa mayor violencia contra la ciudadanía. El acceso a las sustancias es limitado y muchos pueden tornarse agresivos por el desespero de conseguir el dinero.

“El llamado a la ciudadanía es a estar alerta, que cuando transiten en sus carros o a pie, los auxiliares de enfermería, médicos y demás personas que entran en las excepciones, tengan cuidado con su seguridad debido a que los habitantes de calle están desesperados por el consumo y no son conscientes de lo que hacen”, informaron las autoridades.