“Toda la vida se ha dicho que en la Alta Guajira venden las chinitas. ¿Cuánto cuesta una chinita de veinte años como para mí? Yo quiero una sin pelo, la que me van a traer a mí que no se mueva pa’ yo enseñarla y tenerla encerrada porque me la quitan”. Estas sórdidas palabras en boca de un locutor de una emisora en Valledupar en medio de una entrevista han despertado el repudio nacional.
Y no es para menos. El aberrante diálogo es el reflejo de un mal que por años ha agobiado al país en varias regiones: la trata de personas con fines comerciales o sexuales.
El primero en lanzar la alerta del bochornoso episodio radial fue el procurador general de la Nación, Fernando Carrillo, quien presentó ante la Fiscalía una denuncia contra el director del programa radial “Buenas tardes con Fabio Zuleta” de la emisora “1050 AM” de Valledupar. “No podemos tolerar la violación de los derechos de mujeres y niñas. Esto no es un chiste, es una apología a prácticas atroces como el tráfico y la esclavitud sexual, que Colombia está luchando por abolir”, expresó el jefe del organismo de control.
“Todo el peso de la Ley debe caer sobre quienes promuevan el tráfico de personas y la explotación sexual de mujeres o niños. Nada excusa a quienes pretenden vulnerar los derechos humanos de las comunidades indígenas”, dijo, por su parte, el presidente Iván Duque.
Más allá de la indignación y las manifestaciones en redes sociales, este hecho debe generar una inmensa reflexión alrededor del respeto a la dignidad humana. La sociedad no puede tolerar la violación de los derechos de las mujeres, niñas, niños o población vulnerable.
La Justicia, obviamente, está en la obligación de operar y no dejar pasar por alto un hecho tan grave.
“El aberrante diálogo es el reflejo de un mal que por años ha agobiado al país en varias regiones: la trata de personas con fines comerciales o sexuales”