En mayo pasado, el Alcalde de Neiva inauguró una de los proyectos más cuestionados de la ciudad, el reservorio, megaobra en la que varios sectores de la ciudad tienen puestos sus ojos, especialmente por aparentes fallas técnicas que impiden su correcto funcionamiento. Por su parte, EPN asegura que el reservorio sí está listo para operar. ¿Nuevo elefante blanco en la capital huilense?
Tras seis años de especulaciones, problemas económicos y judiciales, fue inaugurado el pasado 24 de mayo el reservorio, megaobra que inició en el gobierno de Cielo González Villa y que costó 34.500 millones de pesos, el doble de lo presupuestado inicialmente.
Hoy, dos meses después, el reservorio sigue siendo blanco de varios cuestionamientos que han puesto en duda su funcionamiento; reparos técnicos que señalan aparentes deficiencias desde la etapa de los diseños en la bocatoma, el sistema de aducción y desarenación, dan cuenta de posibles afectaciones en el funcionamiento del reservorio.
EPN por su parte, señaló que si bien se siguen haciendo pruebas técnicas, el reservorio está en condiciones de abastecer de agua a la ciudad en temporada de lluvias. De acuerdo con la entidad, el reservorio es un proyecto prioritario cuya única funcionalidad es actuar como plan de contingencia en momentos en que no se puede captar agua del río Las Ceibas. El debate está abierto.
Analistas aseguran que existen fallas técnicas, desde la etapa de diseños, que impiden un óptimo funcionamiento del reservorio.
Cuestionamientos
Son constantes los reclamos de los ciudadanos por las permanentes suspensiones del servicio de agua en la ciudad. ¿Se inauguró un reservorio que aún no está operando? Ese es uno de los principales interrogantes que viene haciendo la gente a través de los medios de comunicación.
De acuerdo con Marcos Silva, ingeniero y veedor ciudadano, existen fallas técnicas que impiden ‘sacarle todo el jugo’ a una obra que costó 34.500 millones de pesos, el doble del presupuesto previsto cuando se inició su construcción en el 2007.
“El reservorio presenta serias dificultades, por tanto no está operando. La bocatoma, aducción y desarenación para ese sistema, fueron construidos, pero deficiencias en los diseños y quizá constructivas, impiden el funcionamiento”, explicó el líder social.
Silva agregó que en la relación costo/beneficio, el reservorio representa una millonaria obra con pocas utilidades para la ciudad. “De acuerdo con información oficial, el reservorio costó más del doble de lo presupuestado inicialmente. La relación costo/beneficio no justifica esa inversión. Neiva no necesitaba ese elefante blanco. Para mejorar el abastecimiento a los usuarios, solo era necesario mejorar la administración y operación del sistema instalado y optimizar segmentos vertebrales de la infraestructura”, puntualizó Silva.
EPN señaló que el reservorio sí está listo para operar, en el momento en que la ciudad lo necesite.
¿Sin impactos?
Por su parte Humberto Castro, veedor de servicios públicos, señaló que a la fecha el reservorio no ha generado ningún beneficio a la ciudad. Castro indicó que pese a las advertencias que el Comité Cívico ‘Neiva la nuestra’ hizo hace ocho años a los estudios y diseños del megaproyecto, los gobernantes de turno insistieron en mantener las obras bajo esas condiciones.
“Insistimos en que los diseños que hizo la firma Essere Limitada, subcontratada por la Secap, entidad no idónea para hacer estudios técnicos, no servían. Dijimos que el estudio de optimización contemplaba obras como la nueva bocatoma El Guayabo, el nuevo desarenador de El Guayabo, el reservorio, los tanques de almacenamiento. Las anteriores obras alcanzan una inversión de más de 70.000 millones de pesos y ninguna cumplió con la rigurosidad técnica”, explicó el veedor.
Castro agregó que “ese elefante blanco se lo debemos a la negligencia, ineptitud e incapacidad de trabajar por el bienestar de la ciudad; se ha carecido de rigurosidad para hacer diseños y estudios en obras tan importantes y con millonarias inversiones. Antes nos quitaban el agua por el invierno, ahora estamos en verano e igualmente se nos va el agua, y el reservorio no presta ninguna utilidad. ¿Qué sentido tuvo inaugurarlo?”.
Por su parte el ingeniero Marcos Silva destacó que en las actuales condiciones el reservorio no presta los beneficios esperados respecto a la continuidad del servicio de agua para la ciudad.
“Hasta ahora no hay beneficio alguno. La capacidad instalada de la infraestructura del sistema de acueducto de Neiva, de acuerdo con las normas RAS2000 (150lit./hab./día y pérdidas no superiores al 25%), puede abastecer al doble de la población actual de Neiva. En ese sentido, el reservorio no era una obra necesaria para la ciudad”, manifestó el líder cívico.
Según Silva, el gobierno de la entonces alcaldesa Cielo González desconoció alternativas distintas al reservorio, con las que se podía optimizar la prestación del servicio de agua para la comunidad neivana.
“Hay alternativas diferentes y fueron planteadas oportunamente a administraciones anteriores, que no las escucharon. Prefirieron los jugosos contratos. Por ejemplo, se podía aumentar la capacidad de almacenamiento residencial. Hasta EPN podría donarle a cada suscriptor un tanque de 1.000 litros y no le habría costado más de 15.000 millones de pesos”, puntualizó Silva.
Con una inversión de 34.500 millones de pesos, el doble de lo presupuestado inicialmente, el reservorio es una de las obras de mayor inversión pero quizás la más cuestionada.
¡Sí está listo!
Alexander Soto Hernández, subgerente Técnico de EPN, les salió al paso a las críticas y aseguró que el reservorio sí está en condiciones de operar cuando la ciudad lo necesite.
“En estos momentos si se llegara a presentar una creciente en la boca toma El Guayabo, el reservorio está listo para ser utilizado como el tanque de la reserva de agua para la ciudad. El agua del reservorio va a permitir mantener los 20.000 metros cúbicos que necesitan los tanques de almacenamiento de la planta de tratamiento El Recreo y de esa manera garantizar el suministro de agua. Ese es el plan de contingencia”, explicó Soto.
El funcionario agregó que el reservorio permite además la reducción de costos en el tratamiento del agua, en momentos en que se presentan altos niveles de turbiedad en el río Las Ceibas, única fuente de captación para el suministro de agua potable para la ciudad.
“El agua que entra al reservorio presenta un proceso de decantación, y por ende un 50 por ciento menos de turbiedad que el agua del río Las Ceibas en temporada de lluvias; eso implica reducción de costos por el menor uso de químicos para el tratamiento del agua. En el momento en que hemos hecho mantenimiento en la planta El Recreo, no nos vemos afectados porque el agua sigue llegando del reservorio a dicha planta. La funcionalidad para la cual se construyó el reservorio está cumpliéndose en un 100 por ciento”, manifestó Soto.
Analistas aseguran que en la relación costo/beneficio, el reservorio no está generando los impactos esperados.
¿Única finalidad?
El subgerente Técnico de EPN, ante los constantes reclamos por suspensión del servicio de agua, aseguró que la única finalidad del reservorio es servir como plan de contingencia para garantizar la continuidad de la prestación del servicio en temporada de lluvias.
“El reservorio es el plan de contingencia para cuando haya una creciente y toque cerrar las bocatomas que captan el agua del río Las Ceibas para llevarla a las plantas de tratamiento. Cuando el agua llega a 7.000-10.000 unidades de turbiedad y no podemos tratarla, cerramos compuertas y arranca el agua que está almacenada en el reservorio hacia las plantas. Ese es el trabajo que debe cumplir”, explicó el funcionario.
Soto Hernández manifestó además que la vida útil de la red de acueducto es lo que genera la suspensión permanente del servicio, debido a que los tubos madre y los de la red domiciliaria se revientan permanentemente por su estado de deterioro.
Agregó que en este tipo de situaciones no es posible poner en funcionamiento el reservorio. “Las fugas que se presentan a diario, implica un trabajo de 8 o 10 horas y por ende de suspensión del servicio; existe el reservorio, pero no podemos ponerlo a funcionar porque nos toca hacer un cierre total del barrio. El reservorio se empleará cuando tengamos palizadas, avalanchas, crecientes. La gente debe entender que son suspensiones por arreglo y mantenimiento de las redes y no por un racionamiento de agua”, indicó el subgerente Técnico de EPN.
Soto Hernández reconoció que las bocatomas no están en las mejores condiciones, pero aseguró que la entidad está trabajando para adelantar las obras que permitan su optimización.
“No existen fallas técnicas. Las bocatomas presentan un deterioro normal por su vida útil, y en estos momentos uno de los proyectos viabilizados por el Ministerio de Vivienda es la optimización de la bocatoma El Tomo, por 1.100 millones de pesos. Estamos esperando viabilización del proyecto de optimización de la bocatoma El Guayabo, por el orden de 1.200 millones de pesos”, argumentó el subgerente Técnico de EPN.
El funcionario señaló que el reservorio sí es una obra prioritaria para la ciudad. “El reservorio si es una obra prioritaria. Nosotros tenemos un cálculo estimado de 80.000 metros cúbicos día para la ciudad de Neiva. La historia nos dice que las crecientes que se presentan no duran más de tres días, y en ese sentido el reservorio es clave para contar entonces con agua almacenada para tres días, y en momentos en que se presenten estas dificultades para captar agua del río Las Ceibas, se toma del reservorio”, puntualizó Soto.
El reservorio fue inaugurado hace apenas dos meses y los cuestionamientos no se han hecho esperar. Varios sectores piden que EPN busque ‘sacarle el jugo’ a una obra que costó 34.500 millones de pesos, y que viene siendo objeto de investigaciones penales y disciplinarias. Mientras tanto, EPN les sale al paso a las críticas de un proyecto bastante criticado, a tal punto que ha sido calificado como uno de los emblemáticos elefantes blancos de la ciudad.