Ha circulado durante los últimos días en redes sociales un mensaje de voz que advierte sobre un posible terremoto de 10 grados. Habrá unos que no caerán en el engaño, pero otros que sí pueden caer presos del pánico en una región como el departamento del Huila en donde han ocurrido movimientos telúricos de alguna intensidad. Las autoridades huilenses han salido a desmentir el mensaje de voz y a recordarle a la ciudadanía que los sismos no se pueden predecir. El geólogo Carlos Alberto Roa Vargas, coordinador de desastres de la Oficina para la Gestión del Riesgo de la Gobernación del Huila, ha indicado que aunque la tierra está en constante movimiento, los sismos no se pueden predecir.
Está muy claro: los temblores no se pueden predecir y difundir un mensaje de voz alertando sobre un terremoto de 10 grados es un acto de gran irresponsabilidad. De hecho, se puede tipificar como un delito.
Los usuarios de las redes sociales deben ser sensatos y abstenerse de replicar este tipo de mensajes que lo único que hacen es generar pánico. Es tan irresponsable el originador de una falsa alarma como quien se dedica a propagarla en WhatsApp, Facebook, Twitter u otros canales. Ojalá las autoridades pudieran dar con el paradero de quienes conciben esta clase de mensajes.
En el pasado, Neiva, en la década del 80, vivió toda una emergencia por cuenta de una falsa alarma. A alguien se le ocurrió decir que “Betania se había reventado”, originándose un pánico generalizado. El año pasado, también ocurrió algo similar en el sur de la ciudad por cuenta de un falso mensaje difundido en redes sociales.
Ya es hora de no hacerle ‘juego’ a las inoficiosas y peligrosas ‘cadenas’ de mensajes en redes sociales.
“Es tan irresponsable el originador de una falsa alarma como quien se dedica a propagarla en WhatsApp, Facebook, Twitter u otros canales”.
EDITORIALITO
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