La Nación
Resurgiendo de los escombros 1 16 abril, 2024
LA NACIÓN +

Resurgiendo de los escombros

José Esmer Garzón Zuluaga enfrentó una dura prueba del destino junto a su familia, cuando un colectivo sin frenos se estrelló contra su casa y arrasó con su tienda y dejó en los escombros sus sueños y tranquilidad. Sin embargo, el pequeño comerciante no perdió la fe ni la fortaleza y decidió reconstruir con entereza lo que en una fatídica mañana se derrumbó. José Esmer Garzón Zuluaga enfrentó una dura prueba del destino junto a su familia, cuando un colectivo sin frenos se estrelló contra su casa y arrasó con su tienda y dejó en los escombros sus sueños y tranquilidad. Sin embargo, el pequeño comerciante no perdió la fe ni la fortaleza y decidió reconstruir con entereza lo que en una fatídica mañana se derrumbó. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Todo sucedió el pasado jueves 16 de agosto en el humilde barrio Siete de Agosto, ubicado en la Comuna Cinco de Neiva. Eran las 9:30 a.m. cuando un colectivo afiliado a la empresa Flota Huila perdió los frenos en una empinada pendiente y se estrelló contra la tienda de José Esmer Garzón Zuluaga. Los sueños y el trabajo de toda una vida quedaron bajo los escombros. “Fue algo inesperado. Yo estaba terminando de atender a doña Araminta Pineda, una vecina, cuando miré para la calle y vi que un colectivo venía de frente a toda velocidad. Pensé que estaba sin frenos y le dije a la señora que se hiciera a un lado. Inmediatamente sentí el empujón contra la nevera panorámica que el colectivo arrojó contra nosotros cuando chocó”, aseguró don José. “Cuando reaccioné nuevamente glorifiqué a Dios porque estaba vivo, porque eso era obra de Él. Me sentí muy agradecido por la oportunidad de seguir con vida junto a mi familia y de poderle servir a la comunidad, porque como líder del barrio, siempre he tratado de velar por el bienestar de mis vecinos”, dijo el tendero. “Económicamente fue muy difícil. Tenemos compromisos con entidades bancarias y el negocio era lo que nos proporcionaba el sustento diario. Meditamos con mi esposa durante muchos días. La honorabilidad de uno está en la seriedad con las obligaciones, así a uno la gente lo cataloga”, manifestó. Ave fénix “En la tienda teníamos bastante mercancía. Hacía poco le habíamos inyectado un préstamo de cinco millones que hicimos con la Fundación Mundo Mujer. Estábamos muy contentos porque la tienda estaba bonita y muy surtida. Los sueños y anhelos quedaron enterrados”. “Nadie está libre de un accidente. La gloria es para Dios que nos guardó la vida y esa es nuestra ganancia. Mi esposa es una mujer aguerrida, echada para adelante, muy fuerte. Ella puso la cara frente a todas las obligaciones que tenemos. Fue a Surabastos donde los proveedores y ellos le dieron a crédito mercancía para la tienda”. “Esto es una forma de recibir bendiciones. La solidaridad de estas personas es muy grande, aunque después del accidente hemos visto cambios en mi hijo de 9 años: temor, miedo y algo de agresividad”. “Yo trabajo todos los días en la calle sobrellevando los gastos. Atiendo desde una silla y lucho junto a mi familia por reconstruir nuestro negocio. En las noches un señor nos hace la vigilancia para que no se lleven lo que quedó de la tienda; aunque nosotros le advertimos que sólo le podemos pagar los 30.000 pesos diarios del turno, hasta que nos respondan por los daños”. “Aún la aseguradora no se ha pronunciado. Tenemos entendido que ellos tienen 15 días hábiles para hacerlo. Vino un funcionario por parte del Soat y tomó algunos datos míos. Fuimos siete los heridos de consideración en el accidente”. “El dueño del carro puso la cara. Arregló la casa del vecino que resultó afectado. A mí me preocupan los daños de doña Araminta, porque no la han visitado. Supe que el conductor es diabético y que no le han podido realizar las cirugías. Nos dijeron que sufrió heridas en su pierna, brazos, cabeza y ceja”. “Vamos a seguir adelante, luchando y sirviendo a la comunidad. Esto no nos va a enterrar. Tenemos la protección de Dios y le pedimos sabiduría para superar estos obstáculos. Aún estoy delicado, pero desde mi silla continuaré trabajando para sacar a mi familia adelante”, manifestó el servicial y luchador tendero, responsable del Comité de Salud del barrio Siete de Agosto. ‘Yo también soy damnificada’ Araminta Pineda García tiene 61 años y es madre de tres hijos de nacimiento y siete adoptados por parte de su esposo. Ella sobrevivió al grave accidente del colectivo de Flota Huila y pide atención para su situación. “Esa mañana fui a la tienda a hacer el mercado. De pronto el tendero me dijo que me quitara y cuando miré hacia afuera estaba una buseta encima. Caí en medio de vitrinas y escombros que me dejaron el cuerpo golpeado. Cerré los ojos y pensé lo peor. No podía moverme”, dijo la señora Amarinta. “Yo soy una persona humilde y con mucho esfuerzo compré ese día 160.000 pesos en comida. Todo se perdió en el accidente, hasta la olla que llevaba ese día la sacaron completamente destruida”, dijo la lastimada abuela. “Cuando escuché al señor de la tienda hablar, abrí los ojos pero vi todo negro. Los cerré nuevamente. Don José, el tendero, me llamaba insistentemente y poco a poco fui retomando la conciencia. Abrí los ojos y ya no habían vitrinas ni estantes, sólo escombros”. “Creo que una paca de gaseosas grandes me cayó en la cara por el golpe que tengo. En la puerta de la tienda estaba una viejita y unas señoras pasajeras del colectivo, llorando muy asustadas”. “En ese momento se amontonó el gentío. Algunas personas llegaron a robar, otras a ver qué había pasado y otros a ayudar. Al señor del colectivo, en vez de ayudarlo a salir de los hierros retorcidos del carro porque él estaba atrapado y herido, le quitaron del bolsillo el producido del día”. “Un muchacho y otra señora me ayudaron a salir. Yo con señas les indiqué que estaba aprisionada. Me ayudaron a salir de los escombros y quedé lastimada en el pie y en el tobillo, desafortunadamente. Me vine a la casa y me lavé porque me cayó encima un arroz con leche, menos mal estaba frío”. “En una ambulancia me llevaron a la Clínica de Fracturas y Ortopedias. Allá estuve como ocho horas y me dieron de alta. El sábado tengo que ir a que me retiren los 15 puntos que me cogieron en la pierna. A mí no me formularon nada, sólo ese día me dieron una inyección para el dolor”. “Tengo dificultades para moverme porque se me hinchó el pie. Tengo que tenerlo alzado o estar acostada en la cama. En Medicina Legal me dieron 15 días de incapacidad, pero no tengo idea quién me va a responder por el tiempo que perdí por el accidente y por los daños que sufrí”. “Nadie me ha visitado a preguntarme por mi situación. Tengo que ir a la Fiscalía por un documento que tengo que llevar a Medicina Legal 40 días después del accidente. Yo quiero que me repongan aunque sea lo del mercado y los días que llevo aquí enferma”. La Empresa está al frente Pedro Rojas, gerente de la empresa Flota Huila, en diálogo con LA NACIÓN manifestó que lamentaban profundamente  el accidente que se registró con un colectivo de la compañía. “Somos conscientes de la responsabilidad de nuestra labor y por eso el manejo de las máquinas es estrictamente supervisado. Ese día la ruta no era la usual, sino que por trabajos en la vía los vehículos se tuvieron que desviar”, manifestó Rojas. “La pendiente es bastante pronunciada y finaliza contra las viviendas que resultaron averiadas. Sin embargo, nuestro interés es salvaguardar a todas las personas afectadas por el percance vial”, reiteró el Gerente. Asimismo, el directivo señaló que la compañía realiza anualmente una revisión general a todos los vehículos, por exigencia de la Secretaría de Tránsito. Además, mensualmente realizan un control eléctrico, de frenos y de bandas a los carros que manejan directamente. “A los propietarios que administran el vehículo, les realizamos el control respectivo cada tres meses, como es el caso del colectivo que se accidentó. Nosotros manejamos seguros especiales que responden por accidentes y todos los daños a pasajeros o a terceros”. “El personal de la empresa verificó el mismo día del percance el estado de los heridos para brindarle la atención requerida. El abogado de la compañía gestiona ante la entidad de seguros los trámites respectivos, para que las personas afectadas sean indemnizadas lo más pronto posible”. “Se tiene que esperar un tiempo prudencial para evaluar si hubo daños permanentes o temporales, para la correspondiente liquidación”. Resurgiendo de los escombros 7 16 abril, 2024 En ruinas quedó la vivienda de José Esmer Garzón Zuluaga y su negocio de toda la vida. Fotos Sergio Reyes Resurgiendo de los escombros Desde una silla y en la calle don José atiende a sus clientes, los pobladores del barrio Siete de Agosto. Resurgiendo de los escombros 8 16 abril, 2024 La tienda terminó totalmente arruinada, cuando al parecer el colectivo se quedó sin frenos. Resurgiendo de los escombros 9 16 abril, 2024 El completo surtido que tenía la tienda de don José quedó bajo los escombros. Resurgiendo de los escombros 10 16 abril, 2024 Araminta Pineda García pide que la reconozcan como una de las damnificadas del accidente. Resurgiendo de los escombros 11 16 abril, 2024 El pasado 16 de agosto el colectivo de Flota Huila terminó contra la vivienda de la familia Garzón.