Dos retos del más alto compromiso político y económico tendrá quien resulte elegido Alcalde de Neiva en la próximas elecciones de octubre. De una parte, la puesta en operación del Sistema Estratégico de Transporte y de otra, la construcción del sistema de purificación de aguas residuales.
En cuanto al primero, el martes pasado, quienes asistimos a la Tertulia del Botalón, tuvimos la oportunidad de escuchar las explicaciones de César Julián Salas Escobar sobre el Sistema Estratégico de Transporte que ha sido diseñado para Neiva, siguiendo las normas y organizado en forma similar a las demás capitales de Departamento para garantizar una movilidad urbana eficiente y segura para los usuarios. Partiendo de la base, según la Constitución, de que el transporte público es un servicio público y que este solo lo pueden prestar los particulares cuando cuentan con autorización del Estado, Neiva tiene, para los dos años siguientes, el gran reto político y económico de implementar forzosamente este sistema.
Un abogado conocedor del tema decía, para complementar lo dicho por el conferencista, que de no implementarse este sistema en Neiva, podría traer graves consecuencias económicas para el municipio ya que terminaría siendo responsable por los accidentes de tránsito que ocasione el mototaxismo por omisión del gobierno en el deber de hacer cumplir la ley. Por no hacerlo, podría ser responsable y le lloverían las demandas de reparación por pérdida de vidas y por los cientos de heridos que provoca anualmente un servicio de transporte ilegal y que, por supuesto, seríamos todos los ciudadanos quienes terminaríamos pagando de nuestro bolsillo las consecuencias de la alta accidentalidad de esos aparatos.
En cuanto al segundo reto, Neiva es una capital que está en mora de construir el sistema de purificación de aguas residuales. Si no me equivoco, se han fijado plazos para su implementación y no se han cumplido. Neiva no puede seguir descargando sobre el Magdalena las aguas del alcantarillado. Al próximo Alcalde le corresponderá superar todos los obstáculos surgidos para construirlo. De no hacerlo, comentaba un Concejal, el Alcalde podría ser sancionado. Ya han pasado 10 años ha haberse puesto sobre el tapete esta obra de saneamiento del río, pero ningún Alcalde ha resuelto el problema.