La Nación
Riqueza con sentido social 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Riqueza con sentido social

Empecemos: ni capitalismo salvaje en donde el pez grande se come al chico, ni capitalismo de Estado, -llámese comunismo o “socialismo” siglo XXI-, en donde gobierna un solo partido y todo es del Estado, el que no esté afiliado al partido del gobierno, está perdido, queda proscrito, se le llama reaccionario, enemigo de la revolución, enemigo del pueblo, etc. ¡Qué sofisma de distracción! ¿De modo que disentir es ir contra el pueblo? Así que ser verdadero revolucionario es pertenecer a un partido y aprobar sin ningún sentido crítico lo que ordena el “politburó”.

Un país tan rico en recursos naturales como Colombia debería estar a la vanguardia de la prosperidad en donde la pobreza debería ser algo totalmente superado. Cómo se entiende que países pobres en recursos naturales tienen una sólida economía y  el nivel de vida marca estándares de alta calidad humana. Aquí no somos prósperos sencillamente porque no se nos da la gana, -perdónenme decirlo-. La ambición de unos pocos y la pereza de otros tantos, han generado una patria boba, paquidérmica y estancada en una retórica barata. Por favor, los problemas no los han creado los marcianos, somos nosotros mismos. Siendo la democracia el mejor sistema de gobierno, la hemos manejado mal.

En algunos casos hemos llegado a la anarquía; en el colectivo cultural está el esquema que la libertad es hacer lo que me provoca sin respetar las reglas de juego de la convivencia. La mentalidad de esclavos exige que el verdugo esté con la férula para que haya orden y respeto a los demás. Sencillamente no hemos aprendido a ser libres: hecha la ley, hecha la trampa. A todo le buscamos el atajo. El respeto a la ley está por el piso. Estamos atiborrados de leyes y normas y un gran número de ellas nos la pasamos por la faja. Para todo hay excusa y pretendemos que la ley es para que la cumplan los demás.

Hay una conciencia venal en el colectivo cultural. Para llegar a tener una ética social como los japoneses, los coreanos, los singapurenses, neozelandeses, nos falta recorrer mucho trecho. A veces da la impresión de querer un régimen dictatorial para que funcionen las instituciones, no queremos entender y menos vivir la hermosura de la democracia. Mientras no pasemos de un Estado benefactor a un Estado promotor del trabajo productivo y el desarrollo social, no saldremos de la pobreza.

Hemos generado una cultura de la dependencia: papá Estado. Hay que analizar los billones de pesos que se gastan en programas, llamados sociales. Y, ¿cuándo hemos salido de la pobreza? Por favor, no es dando pescado, es enseñando a pescar. Mientras haya desempleo no habrá prosperidad. Los cinturones de miseria y los tugurios en la grandes y medianas ciudades son una muestra de la ineficiencia del Estado y por ende por falta de políticas que den resultados en términos de equidad y prosperidad para todos. Por favor: riqueza con sentido social.