Un enigmático caso tiene acongojados a los familiares del adolescente Cristian Daniel Sánchez Torrente, de 17 años, quien perdió la vida tras ser impactado por un disparo de revólver en su cabeza en la ciudad de Neiva. Los amigos con los que estaba dicen que se disparó, pero las circunstancias exactas aún están siendo investigadas. Sus padres tienen muchas dudas al respecto, ya que el arma nunca apareció.
“Las declaraciones no encajan”, señala Cristian Uriel Perdomo Serrano, haciendo referencia a las versiones que entregó a la Fiscalía uno de los testigos de la muerte de Cristian Daniel Sánchez Torrente, el adolescente de 17 años, que perdió la vida tras recibir un disparo en su cabeza en el norte de Neiva.
Su deceso se dio alrededor de 12:20 de la madrugada del martes, en el Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdono de Neiva, tras ser remitido como urgencia vital desde la ESE Carmen Emilia Ospina sede CAIMI, en donde fue ingresado a eso de las 10:30 de la noche del lunes, en malas condiciones generales producto de una herida presentada en la región temporal derecha.
Según el reporte del centro de salud, el paciente fue llevado en brazos de un hombre y una mujer, quienes manifestaron que estaba herido por arma de fuego.
Durante la valoración, el personal de turno pudo constatar que tenía un impacto de bala con orificio de entrada y de salida en su cabeza, dejando expuesta su masa encefálica. El menor ingresó a la unidad de urgencias con las pupilas midriáticas no reactivas a la luz, sin reflejo corneal y frio, sin embargo, había esperanzas de vida ya que aún presentaba signos vitales.
Por esta razón los profesionales de la salud, decidieron trasladarlo a un centro de mayor complejidad donde fue dejado al cuidado de los especialistas quienes luego de practicarle diferentes pruebas, determinaron que tenía muerte cerebral.
No pudieron salvarlo
Las horas que Cristian permaneció con vida fueron gracias a que estuvo conectado a un respirador artificial. “Le hicieron un TAC y a los 15 minutos le dijeron a la mamá que él tenía el cerebro despedazado por dentro, por lo que ya no movía nada. Ya solo quedaba esperar que dejara de respirar, no había nada más por hacer”, explicó su familiar.
Lo que se sabe
El día del hecho, el menor se despidió de sus padres en el barrio Villa Colombia para salir hacia la casa de su novia.
“Él estaba en la casa conectado al celular chateando con la novia, y habían quedado en que él iba a ir a verse con ella en el barrio Darío Chandía a las 6:30 p.m., hora en que salió”, precisó su padrastro.
En efecto, Cristian se encontró con su pareja sentimental, compartieron un rato, y luego se fue de allí, diciéndole a ella que iba a la casa de sus padres a poner a cargar el celular.
“Nunca tuvieron una pelea, ni habían terminado, porque en las conversaciones que ella me mandó decía que él se iba a venir para acá, a dejar cargar el celular y de ahí volvía a escribirle para seguir conversando”, añadió el señor Uriel.
En el camino, se encontró con un amigo, quien lo invitó a la casa de un primo en una invasión contigua a Villa Magdalena.
No hay detalles claros
Dicen que “allí, supuestamente, Cristian llegó con un revólver en la cintura, estando adentro de la casa, lo habría puesto encima de la nevera y pidió agua, posteriormente recogió el revólver y le apuntó al otro amigo diciéndole que le iba a pegar un tiro, pero que se habían soltado a reír y finalmente le precisó que eran mentiras, que solo recochaba. Enseguida cuentan que mi hijo se puso el revólver en la cabeza, y que el otro le había dicho que no se pusiera a joder con eso, porque el Diablo era puerco, y de un momento a otro se accionó”, comentó Perdomo Serrano.
Fue así como el adolescente se desplomó en el piso y fue auxiliado por los mismos jóvenes con quienes se encontraba.
“El mismo muchacho con el que él estaba vino con el primo, que era el dueño de la casa, a informarnos que Cristian se había pegado un tiro. “Inmediatamente nosotros salimos para el hospital, pero pasamos por el CAIMI y vimos que había bastantes policías y dijimos ahí es, y llegamos y sí, ahí estaba el niño, ya lo tenían en camilla y ya estaban esperando la ambulancia y la mamá para la autorización de trasladarlo y en el momento que ella llegó, él todavía respiraba”, puntualizó el progenitor.
Las inconsistencias en las versiones se detallaron luego de que los testigos rindieran declaratoria ante la Fiscalía. “Los comentarios que nos hizo el muchacho que nos fue a contar en el momento en que pasó eso, no coincidieron con lo que él relató en la Fiscalía, porque él me dijo que había 4 personas más dentro de la casa. Y al otro día se nombró él, el primo y mi hijo”, dijo.
Dudas sobre el motivo
A los allegados les cuesta creer, que Cristian Daniel, haya tenido un motivo para acabar con su existencia. “Yo no creo que él lo haya hecho, porque él era un niño que realmente no tenía mentalidad de hacer una cosa de esas y mucho menos de quitarse la vida. Entiendo que un revólver para poder que estalle tienen que remontarlo y gatillarlo, entonces la verdad eso sí me da mucho a pensar porque lo que me dice el muchacho que él llega y levanta el fierro y se pega el tiro es porque ya estaba listo para disparar o fue que otra persona lo hizo, porque son cosas que uno queda pensando y el muchacho con él que estuvo lo primero que hizo fue recoger el revólver y llevárselo y entregárselo a la persona que se lo habían prestado”, cuestionó.
A raíz de lo ocurrido, han llegado comentarios en los que se señala que los muchachos estaban jugando a la ruleta rusa. Otra hipótesis tendría que ver con que le habrían quitado la vida por robarle el revólver y la última y más cuestionada, es la versión del suicidio.
Necesitan ayuda
El drama no termina para los padres de Cristian, ya que aún no han podido reclamar su cuerpo, debido a que no cuentan con los recursos suficientes para sus honras fúnebres.
Mientras exigen que se llegue a fondo con la investigación, también adelantan una campaña de solidaridad para recaudar los recursos para sus exequias. Los neivanos que quieran aportar a su causa podrán hacerlo a través de la cuenta Nequi 3204137425. “Le agradezco de corazón a las personas que nos puedan colaborar, Dios los bendiga”, concluyó Uriel.