ALEJANDRO SERNA
La semana anterior se determinó el Índice de Competitividad Departamental 2018, realizado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, que para el caso del Huila los resultados fueron nefastos, obteniendo una penosa calificación de 4,35 sobre 10, ubicándonos en un vergonzante puesto número 18 de 27 departamentos evaluados en: Infraestructura, salud y dinámica empresarial.
Como dice mi abuela Rosalba: – Estamos lejos del avispero- distantes de ser un departamento líder y apartados de tener una capital “eje del surcolombiano”, ya que según el estudio, caímos en cinco posiciones en infraestructura, en mercados nos mantenemos igual, con mejoría en educación primaria, secundaria y media, pero con una preocupante caída libre en salud y en sostenibilidad ambiental.
Más allá de buscar responsables, valdría la pena replantear la eficacia y eficiencia de la Oficina de Competitividad del Huila y la Secretaria de Tics y Competitividad de Neiva, y no lo digo porque ponga en duda las calidades profesionales de Juan Sebastián Gutiérrez y Yamile Rico Torres, sino, por la poca importancia de nuestros gobernantes territoriales, que solo hablan de innovación y emprendimiento en sus ya desgastados discursos políticos, haciendo que estas dependencias sean invisibles y no puedan mostrar gestión pública con maoyores resultados.
Sin embargo, no podemos quedarnos ahí quietos y ver cómo nos hundimos paulatinamente, a esa conclusión llegamos en una reciente charla con el Presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Neiva Ariel Rincón Machado. Lo primero que debemos hacer es: Sincerarnos y reconocer que realmente estamos fallando en algo, identificar el problema con causas y efectos, así como examinarnos y definir que esta dificultad no es asunto de uno solo, sino de todos.
Es hora de apostarle a la consolidación de un nuevo ADN huilense competitivo, convocando a una gran “Agenda Pública Unificada”, donde converjan todos los actores institucionales, políticos, académicos, gremiales, productores y comercializadores, para que diseñemos una hoja de ruta para el Huila: “La Ruta H por la competitividad”, de la cual se debe desprender una serie de responsabilidades y de tareas concretas en un corto plazo, así como de un constante seguimiento y evaluación.
De ahí, que necesitamos mandatarios iluminados y comprometidos con financiación de una gobernanza territorial de emprendimiento, con verdaderas destinaciones presupuestales. Asimismo, requerimos que la academia participe con “universidades para la competitividad”: Donde el enfoque de los programas den un viraje hacia las apuestas productivas del departamento.
Esta gran sinergia requiere de la participación de todos gremios industriales y comerciales, al igual de ciudadanos comprometidos con nuestro terruño, para nos convirtamos en un territorio dispuesto de alojar el talento y las empresas innovadoras, toda una apuesta a la que a usted lector le hago extensiva la invitación, para hagamos parte y conformemos un nuevo ecosistema de emprendimiento huilense.