Me sorprende mucho la poca relevancia mediática que recibió el anuncio hecho por parte del Ministerio de Salud y Protección Social, sobre la ampliación del rango etario en varones menores de edad, para el acceso gratuito a la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano -VPH. Desde mi punto de vista, el Estado salda una deuda que tenía pendiente desde hace años con la salud pública y en especial, con la igualdad. Al respecto, procederé a profundizar en los argumentos que tengo para decir esto.
Primer argumento: El VPH es un virus que afecta tanto a hombres, como a mujeres, pudiendo dar lugar a diferentes tipos de cáncer en estos. Sin embargo, las estadísticas muestran que las más afectadas son las mujeres, con el cáncer de cuello uterino a la cabeza. Estas cifras han llevado a que, a nivel global, las políticas y programas de prevención se hayan enfocado y priorizado a las mujeres, dejando de lado a lo hombres, especialmente, a los menores de edad. En el caso colombiano, esta discriminación estuvo vigente por muchos años, quedando patente en la completa exclusión de los varones menores de edad, de los programas públicos de vacunación contra el VPH, haciendo que cualquier niño o adolescente varón que quisiera acceder a la vacuna, tuviera que sufragarla de su propio bolsillo.
Segundo argumento: Tenemos la creencia de que gastando más tinta y saliva podemos ser más inclusivos, hablando de niños, niñas y niñes. No obstante, perdemos de vista las verdaderas oportunidades para ser realmente incluyentes. Hace cerca de una década, cuando se estaban importando al país, los programas, lineamientos y políticas en materia de VPH, nadie se preocupó por armonizarlos con el ordenamiento jurídico colombiano en el cual existe una batería de derechos, principios e imperativos de rango legal y constitucional, tales como: el interés superior del menor, prevalencia de los derechos de los menores, igualdad y derecho a la salud.
Tercer argumento: Además de lo jurídico, la evidencia científica muestra la importancia de incluir a los hombres dentro de los programas de vacunación, especialmente en países con niveles de desigualdad y desarrollo económico como el nuestro. Finalizo contándoles que, desde la Fundación Salbo habíamos iniciado acciones constitucionales que buscaban garantizar el acceso efectivo y gratuito de menores de edad varones a la vacuna. Acciones dentro de las cuales, el Ministerio de Salud estaba dentro del grupo de entidades accionadas. ¿será una mera casualidad?