La Nación
¡Salimos a deberle! 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS

¡Salimos a deberle!

Francisco José García Lara

Ahora resulta que como consecuencia de la sentencia de primera instancia anulando el fallo de la procuraduría que la sancionó por tercera vez y la obligó a dejar su cargo como gobernadora del Huila, Colombia y el Huila están en deuda con Cielo González Villa.

Indudablemente el estado colombiano se excedió al desconocer la convención interamericana de derechos humanos expidiendo normas que determinaron que después de tres fallos disciplinarios se inhabilitara a un funcionario público, pero esa situación no se aplicó solo a ella, ni mucho menos fue expedida para su caso específico.

Pero supongamos que la procuraduría efectivamente actuó dentro de una persecución política en su contra, entonces recordemos que su esposo admitió que cometió los delitos de suscribir un contrato sin cumplimiento de requisitos legales, peculado por apropiación, falsedad ideológica en documento público y falsedad ideológica en documento privado con relación al Programa de Alimentación Escolar (PAE), devolviendo la no despreciable suma de $2.283 millones para tener como cárcel un lujoso apartamento en Floridablanca (Santander).

Es inobjetable que las responsabilidades penales son individuales, en consecuencia Cielo González no debe ser juzgada por los delitos cometidos por su esposo, pero no olvidemos que de alguna manera se ha beneficiado, ha usufructuado o ha vivido de los dineros de los que su conyugue se apropió, y por supuesto, en caso de volver a aspirar en una elección popular, esos dineros podrían financiar su campaña.

Así las cosas, independientemente de los fallos o sentencias que expida la justicia con relación a la sanción disciplinaria, no debe olvidar la exgobernadora que su pareja fue protagonista de primer orden de uno de los delitos más abominables, robarse la plata de la comida de los niños pobres de Colombia, y eso al menos debería generarle una mínima vergüenza para abstenerse de volver a presentarse a una elección popular o aspirar a cargos públicos.

Teniendo claro que la vergüenza no es propia de los politiqueros de nuestro país, tales antecedentes le resbalarán a Cielo González y a sus seguidores, estos últimos aún más sinvergüenzas que ella, por tanto no será nada raro que la tengamos de nuevo en la gobernación, en el congreso o como ministra.

Ya que la vergüenza no será una limitación, que al menos haga un acto de constricción por lo que hizo su esposo y no pretenda hacernos creer que la anulación de los fallos lavó su pasado o las andanzas de su consorte, pero que ante todo, ni se le ocurra pensar que salimos a deberle.

garcia.francisco@javeriana.edu.co