Garcés Córdoba, abogada de la Universidad de los Andes, especializada en Mercadeo y Negocios Internacionales y con una amplia experiencia en el sector cultural, sólo espera que la recuerden como una persona que le cumplió a la cultura.
La funcionaria garantizó la terminación de la primera fase del Parque de la Música y reiteró todo el apoyo para celebrar por lo alto, el centenario del descubrimiento científico de San Agustín.
Además, defendió los alcances de la ley de patrimonio sumergido que acaba de aprobar el Congreso y que le abre el camino para explorar y rescatar 1.200 galeones hundidos en el Caribe, entre ellos el San José, con un tesoro calculado en 17.000 millones de dólares.
-Ministra, ¿cómo se prepara para la celebración centenaria de San Agustín?
Desde que llegué al Gobierno, nos interesó que cada año se exaltara o una manifestación, un acontecimiento o una persona que por sus méritos hubiera contribuido al fortalecimiento de procesos culturales y de la cultura en el país. El año pasado se le dedicó a Rafael Pombo y al maestro Lucho Bermúdez. Este año los homenajeados son Soledad Acosta de Samper, el poeta Eduardo Carranza y la Cultura Agustiniana. No solo el hecho de que se cumplen cien
años de las primeras excavaciones arqueológicas en el parque sino el hecho de conmemorar todo lo que ha significado toda esa cultura y el territorio que ocupó.
El Instituto Colombiano de Antropología con el doctor Fabián Sanabria a la cabeza ha hecho una hoja de ruta que se viene cumpliendo acertadamente.
-¿Y que contempla?
Además de recuperar parte de la casona, a la entrada del parque, hay unos planes de señalética, adecuación y mantenimiento, pero también es poner en valor esa cultura por fuera de su espacio habitual. Tenemos una exposición en el Museo Nacional de Colombia, el museo más importante, más representativo que tiene el país, con parte de la estatuaria de San Agustín. Obviamente, con todo el cuidado y toda la técnica para esa exposición sea un éxito. Hay una reedición de algunas obras, del arqueólogo Konrad Theodor Preuss especialmente, tanto en alemán como en español. Tenemos unos proyectos de investigación con universidades alemanas que nos quieren apoyar en estas iniciativas. Adicionalmente el director quiere realizar un concierto, el 7 de diciembre, con la Orquesta Sinfónica de Colombia, en el Alto de los Ídolos. Lo que queremos es eso. Poner en valor ese patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco, a veces poco valorado por los colombianos, en cambio admirado por científicos y turistas de todo el mundo.
-¿Hay proyectos para promoverlo como destino turístico?
Tenemos algunas alianzas estratégicas con el señor alcalde de San Agustín; el Viceministerio de Turismo lo tiene en la agenda, en la promoción de Colombia, lo mismo que la Cancillería. Eso hace parte del tema. Pienso que todo el tema logístico (hoteles, transporte) ha mejorado de manera importante. Y creo que eso tiene que mejorar para mostrarlo como otro destino de talla mundial.
-¿Qué obras están definidas?
Hemos recorrido el parque, tenemos los diagnósticos, nos parece que está bien mantenido. Hay algunos temas que está evaluando el Icanh con el área de infraestructura del Ministerio de Cultura para mejorar la casona, una biblioteca sobre patrimonio cultural, sobre arqueología, de primer nivel, muy especializada, y que sirva de residencia para quienes hacen investigaciones in situ.
-¿Qué se ha hecho para recuperar de piezas arqueológicas en el exterior?
Hemos venido trabajando en eso con gobiernos de otros países. Siempre que tenemos denuncias sobre este tema, lo coordinamos con la Cancillería y con la Oficina Jurídica de Presidencia. En muchos casos estamos adelantando acciones de carácter legal. En el caso de las piezas de San Agustín que están en el exterior hemos iniciado las acciones pertinentes. Son procesos que generalmente toman tiempo, esto no es de un día para otro. A mí me tocó repatriar unas piezas que estaban en Suecia, un proceso que se había iniciado hace más de diez años.
¿Cómo frenar el tráfico ilícito de bienes arqueológicos?
En este campo tenemos toda una trayectoria desde la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, convenios que firmamos con otros países; ya no es tan sencillo como en otras épocas, trabajamos mucho con las aduanas, con la Policía Aeroportuaria. Hoy hay muchísima más consciencia de que hay que combatir el tráfico ilícito y tenemos toda una política pública en ese sentido.
-¿Qué se ha hecho para preservar el patrimonio cultural?
El tema de patrimonio cultural es hoy en día de un ámbito inmenso, el patrimonio arqueológico, el patrimonio material e inmaterial que implican edificios y procesos. Esta es una de las direcciones que más hemos fortalecido. Nos falta muchísimas veces consciencia sobre la legislación que existe especialmente en los jueces, en las autoridades locales y en la misma gente del común para preservar y valorar estos bienes culturales.
-¿Por fin tenemos una ley sobre patrimonio sumergido?
Si, es un proyecto de ley que se venía trabajando desde hacía treinta años en el país. Colombia no tenía una legislación en esta materia. El proyecto fue aprobado en el Congreso y sólo falta la sanción presidencial. Desde hace treinta años se venía buscando una legislación sobre el particular y el Gobierno Nacional en tres oportunidades había presentado proyectos, los cuales terminaron hundidos. Esta vez era la cuarta vez que llevábamos una iniciativa legislativa estudiada con la Cancillería, con la Presidencia de la República y con la Comisión de Especies Náufragas, que son los expertos asesores. Este proyecto comenzó en el 2011 y si no se aprobaba se hundía porque pasaba otra legislatura.
-¿Cuál es el alcance del proyecto?
Es un proyecto que define unas reglas claras en torno al patrimonio sumergido. Quiero decir que Ernesto Montenegro, subdirector del Icanh es el único colombiano que tiene un doctorado en este aspecto; especializado en España y Francia. Él ocupa hoy esa posición para coadyuvar, precisamente, en este esfuerzo del Gobierno Nacional para tener una legislación sobre el patrimonio sumergido. Este proyecto le permite al país tener tranquilidad porque está pegado a la Constitución Nacional, desarrolla algunos artículos en esta materia.
-¿Le da claridad jurídica?
La Corte Suprema también en una sus sentencias dijo que no todo lo sumergido es patrimonio y en ese mismo orden se atribuye la facultad para decir sobre lo sumergido que es y que no es patrimonio al Ministro de turno o al director del Icanh de turno. Nosotros preferimos que sea a través de una ley consensuada con sus opositores como todo proyecto que es polémico. No en vano se ha dejado de expedir esa reglamentación durante treinta años que fuera de cara al país y de cara al Congreso de la República.
-¿Hablamos del galeón San José?
Si, efectivamente. A ese me refiero. El galeón San José ya fue objeto de un fallo de la Corte Suprema de Justicia. Según ese fallo, de aquellos elementos que no sean patrimonio cultural sumergido, el cincuenta por ciento le corresponde la rescatista y el cincuenta por ciento a la Nación. Hoy tenemos una ley que nos permite el cumplimiento de ese fallo.
-¿Qué representa ese proyecto?
Lo que sostenemos en esa iniciativa, siguiendo la teoría de la Corte, es qué cosas no son patrimonio; con esto decimos que todo lo demás es patrimonio. Lo tienen un valor patrimonial: las cargas industriales, las piedras preciosas que no han sido intervenidas por el hombre; los lingotes de oro y plata; las piedras semipreciosas como perlas y corales y decimos que todo lo demás es patrimonio cultural sumergido. Hoy en día ningún colombiano disfruta ni conoce ese patrimonio. De los 1.200 hundimientos que tiene el país, posiblemente cinco o siete pueden tener una carga importante, pero no es allí donde radica la importancia. El proyecto lo que nos va a permitir es conocer nuestra historia cultural sumergida, tener aproximaciones científicas y adicionalmente nos va a dar unas reglas de juego claras en los casos en que después de un proceso de exploración que decida eventualmente un rescate.
-¿Quién tendrá la prioridad?
Primero el Gobierno Nacional, la Dirección General Marítima y las universidades públicas. En el evento en que estas entidades no cuenten con la tecnología para explorar y eventualmente para rescatar se hará a través de una licitación pública en igual de condiciones. Con la garantía que todo lo que se encuentre y sea patrimonio cultural de la Nación no se dispondrá ni una sola pieza. De lo único que se puede disponer para pagar el rescate es de lo que la ley ha determinado que no es patrimonio (los lingotes de oro y plata, los cargamentos de piedras preciosas, cargamentos industriales).
-¿Qué ha pasado con el Parque de la Música?
Sobre infraestructura física hemos venido trabajando en Neiva, en el Parque de la Música, un proyecto que en su primera etapa tiene un valor de 8.785 millones, un contrato que surtió todo el proceso de licitación y adjudicación. En esta primera etapa se nos presentó un problema. El estudio de suelos no coincidía con lo que encontramos en terreno; encontramos un terreno altamente inundable que no era lo que decía el estudio de suelos, que entramos a solucionar y hoy la obra se ejecuta normalmente. Este es un proyecto que tiene tres etapas.
-¿Está garantizad la primera fase que le corresponde al Ministerio de Cultura?
Totalmente garantizada, licitada y adjudicada.
-Su principal apuesta el Plan Nacional de Lectura. ¿Por qué es tan importante?
Las apuestas del Gobierno se basan en tres ejes estratégicos importantes: Hacer de Colombia un país moderno, un país justo y un país seguro. Creemos que la lectura es una de las maneras más certeras de acercar a los niños, jóvenes y adultos al conocimiento, para cerrar las brechas. Por eso esa ha sido una apuesta estratégica de este Ministerio. Todo lo que se haga en lectura es insuficiente.
-¿Qué resultados ha dejado?
Hemos puesto cuatro veces el presupuesto que encontramos. Tenemos en Plan Nacional de Lectura: Leer es mi cuento y el fortalecimiento de la red nacional de bibliotecas públicas. El Ministerio venía construyendo cada cuatro años en promedio 16 bibliotecas. Nosotros vamos a entregar al finalizar este cuatrienio, cien bibliotecas, dándole privilegio a los municipios de consolidación o a aquellos municipios apartados y donde la pobreza es muy grande. Adicionalmente hemos avanzado en dotación. Cuando llegamos el total del acervo bibliográfico en las bibliotecas públicas era de ocho millones de títulos. Hoy, entre lo que hemos adquirido con énfasis en primera infancia, lo que hemos producido directamente, y las bibliotecas para las viviendas de interés prioritario, suman entre todos, siete millones y medio de libros.
-¿La principal tarea en este campo?
Nuestra tarea es el fortalecimiento de las bibliotecas públicas y la extensión de la biblioteca a la casa. Es difícil que Colombia se convierta en un país lector, si los niños, los jóvenes, los adultos no tienen libros en sus casas. Casi el 30 por ciento de los hogares en Colombia, no tienen libros en sus casas. Por eso tenemos una estrategia de distribución gratuita tanto en las viviendas de interés prioritario como a través de medios de comunicación populares donde circulan libros para la primera infancia. Asimismo tienen especial atención a los proyectos de lectura que se desarrollan en todo el país que podrán acceder a recursos a través de convocatorias para que sigan fortaleciendo los proyectos de lectura y escritura. Ya entregamos más de tres mil millones de pesos financiando estas iniciativas, en escaladas hasta 80 millones de pesos cada una.
-¿Y en materia de conectividad hay proyectos?
Este tema es muy importante. Estamos impulsando un proyecto que permitirá que entre este y el año entrante todas las bibliotecas estén conectadas a internet, a través del Plan última milla que impulsa el Ministerio de Cultura. Al final del gobierno, las 1.404 bibliotecas públicas tendrán computadores y estarán conectadas a la red y también pagaremos el servicio de internet.
-¿Cómo va el Plan Nacional de Concertación?
Quiero aprovechar para decirle a todas las instituciones y autoridades del Huila que esta convocatoria se abrió el primero de julio, es una convocatoria que en la primera línea apoya festivales y fiestas tradicionales, como el festival folclórico del San Pedro que este año recibió 114 millones de pesos. Para esta convocatoria deben registrarse. Si tienen dificultades el Ministerio ofrece toda la asesoría. Lo segundo es que no lo evalúa el Ministerio de Cultura. Las evaluaciones se hacen a partir de la academia, con expertos en los diferentes temas, de las universidades públicas. De acuerdo con los puntajes que obtienen en esa evaluación, se le asignan recursos.
-¿La cultura sigue siendo la cenicienta en el presupuesto?
Yo peleo muy duro por el presupuesto, esa es la verdad. Hemos tramitado una serie de normas que le abren muchas posibilidades al sector.
-¿Por ejemplo?
La ley de espectáculos públicos. Esta ley permite, en tanto las entidades territoriales se organizan, a acceder a recursos importantes que se los trasferimos directamente y que pueden ser invertidos en infraestructura. Tenemos la ley de cine, la segunda ley del cine, después de diez años. Le doy un dato: pasamos de producir dos largometrajes, ahora estamos produciendo 23 largometrajes en un año. En esta ley se crea un fondo de promoción fílmica con 25 mil millones de pesos donde el sector puede acceder a esos recursos.
Finalmente en la reforma tributaria logramos que del cuatro por ciento del IVA al consumo de la telefonía móvil celular, el diez por ciento de ese cuatro por ciento se destinará para el fortalecimiento de las bibliotecas. Al año son más o menos veinte mil millones de pesos exclusivamente con esa destinación.
-¿Y en presupuesto?
En el presupuesto nacional hemos logrado incrementos desde el 2010 a la fecha, del 85 por ciento en el presupuesto del Ministerio de Cultura. Es la primera vez que el gobierno destinó en estos cuatro años, para el Ministerio de Cultura, un billón de pesos.
-¿Cómo espera que la recuerden?
No espero que me recuerden como Ministra (risas) sino como Mariana Garcés, como una persona que trabajó de corazón por el fortalecimiento del sector. Mi huella: el Plan Nacional de Lectura.
