La Nación
EDITORIAL

San Pedro, triste balance

Con la elección de Gleidy Paola Joven Losada, la linda representante de Caquetá, como reina Nacional del Bambuco terminan las fiestas del San Pedro con un balance negativo.

El festival folclórico, declarado patrimonio cultural de la Nación por su riqueza inmaterial, retrocedió. La mayoría de los encuentros no estuvieron a la altura de otros años ni las propuestas de los grupos seleccionados brillaron por su creatividad. Por el contrario, las propuestas fueron repetitivas, como las coplas y los rajaleñas. Los talleres de creatividad impulsados en otros años con los grupos participantes deben rescatarse como dinámica de autoevaluación.

Sacar de la temporada el Concurso de Composición Musical ‘Jorge Villamil’ y el de Interpretación Musical ‘Anselmo Durán’, creados en homenaje a dos de los más grandes gestores de la cultura huilense fue una tremenda equivocación. Trasladarlos para otras fechas le quitó al certamen dos de los atractivos nacionales más importantes.

La muestra internacional, un excelente complemento fue extremadamente pobre, como la participación de los grupos de danza folclórica.

Las cabalgatas una tradición y uno de los atractivos de la fiesta resultaron un fiasco. La reducción de los participantes fue el mejor indicador del bajonazo total de la temporada.

El balance cultural de la jornada, esencia de las fiestas, no fue el mejor. Los distintos reinados terminaron siendo el centro de las festividades cuando en realidad eran un complemento. Otra equivocación.

Neiva, otrora la Capital Bambuquera de América, no estuvo preparada para las fiestas. No hubo promoción nacional, en el país el San Pedro pasó desapercibido. Los medios de comunicación no realizaron las grandes coberturas de otros años. El cubrimiento regional fue mínimo.

Neiva tampoco se ‘vistió’ de San Pedro. Fue la misma ciudad de siempre, congestionada y caótica. La ausencia de turistas terminó rebosando la copa. La ocupación hotelera fue baja. La ausencia de público en los desfiles fue la nota característica.

Los comerciantes de restaurantes, bares y discotecas de Neiva reportaron pérdidas durante esta temporada de fiestas. Los lunares fueron inmensos. La Corposanpedro, la entidad encargada de la organización no respondió a las enormes expectativas que su implementación había generado. La falta de un equipo competente y experimentado decepcionó a todo el mundo. Las autoridades regionales y municipales le delegaron toda la responsabilidad a la corporación, sin que le hicieran el seguimiento y estuvieran a tono con la grandeza de las fiestas. Al final un puñado de asesores inexpertos terminaron mandando la parada con los resultados que hoy todos lamentamos.

La corporación, sigue siendo una propuesta válida para organizar las fiestas con suficiente anticipación. No obstante, debe revaluarse para evitar que la improvisación y la privatización terminen eclipsando unas fiestas que por tradición y esencia son del pueblo.

 
“El balance cultural de la jornada, esencia de las fiestas, no fue el mejor”.

 
Editorialito

Las medidas de seguridad adoptadas por la Policía y el Ejército Nacional permitieron que las fiestas transcurrieran en total tranquilidad. Los operativos funcionaron y permitieron reducir los tradicionales niveles de accidentalidad y criminalidad, propios de la temporada.