La población en condición de discapacidad de este municipio del Huila se ha refugiado en las artes visuales, la música y la danza para sobrellevar la cuarentena por la covid-19.
La casa de Norely Aldana, una mujer de 38 años de edad con parálisis cerebral de nacimiento, condición que le dificulta la movilidad de sus brazos y piernas, se convirtió en un aula de artes, adornada de vinilos, pinceles, faldas e instrumentos musicales.
Y es que Norely, hace parte del grupo de personas con distintas capacidades del municipio de Santa María, Huila, que son beneficiados por el proyecto, Inclusión Arte, iniciativa apoyada por el Ministerio de Cultura, Programa Nacional de Concertación Cultural y ejecutada por la Corporación La Minga Surcolombiana.
“Este proyecto lo venimos realizando hace varios años con los samarios, nos reuníamos cada fin de semana en la biblioteca para disfrutar las clases de música, danza y artes visuales. Debido a la pandemia virtualizamos las clases y llegamos a sus hogares por medio de WhatsApp, Facebook y el Canal Regional 2”, explicó Danitza Perdomo, representante de la Corporación.
El proyecto se ha convertido en una herramienta para sobrellevar la cuarentena, las personas discapacitadas son una de las poblaciones más vulnerable ante el virus y tienen más restringida la socialización fuera de sus casas.
“Yo vivo prácticamente sola con mi nieta, mis hijos vienen y nos proveen los necesario para la casa y se van, estas actividades nos han servido para distraernos en la semana, mantener activo nuestro cuerpo y mente”, contó Mercedes Aldana, beneficiaria.
Se han adaptado a una nueva realidad virtual y con ayuda de sus familiares y amigos reciben las clases tutoriales y envían las evidencias.
“Yo tenia una ‘flechita’ y apenas me llamaron para el proyecto me compre un celular para recibir las clases. Esto nos ha servido para la salud ocupacional, antes mi plan cada fin de semana era verme con todos mis amigos en las sesiones, aunque ya no nos vemos para pasar un rato ameno, me gozo las clases y nos compartimos por el celular los resultados”, manifestó Gabriel Barrientos, presidente de la Asociación de Discapacitados de Santa María.
Todos coinciden en que el arte les ha servido como su escudo protector para la cuarentena en casa y que esperan pacientemente volverse a ver y abrazar como antes.
“Son situaciones que nos pone la vida, nos estamos adaptando, confiamos en Dios y la medicina para que el otro año nos podamos reunir y seguir aprendiendo de las artes”, concluyó Barrientos.
