La Nación
COLUMNISTAS

Se avizora conejo tributario

No obstante las dificultades en el escenario mundial por la vertiginosa caída del precio internacional de los hidrocarburos, la desaceleración del crecimiento en China, la paulatina recuperación de EE.UU., las dificultades de Brasil, Argentina y Venezuela, varios gremios en Colombia le apuestan a un crecimiento en la economía de 4%. Pero en este entorno el país tendrá menores ingresos tributarios, aumentando el déficit fiscal, el cual será una cifra monumental por la enorme cantidad de recursos que demanda el posconflicto.

Precisamente en esta coyuntura económica-social, cuando Colombia avanza en el proceso de adoptar las normas internacionales de información financiera “NIIF”, para sintonizarse con el mundo global, al pasar de una contabilidad sobre el principio del costo histórico, a un nuevo sistema donde los activos se registran a valores razonables de mercado, hacen evidente la necesidad de separar las bases de la contabilidad tributaria, del modelo contable en ambiente de las normas internacionales, la cual implica analizar el impacto de la carga tributaria al adoptar “NIIF”.

Si bien, la Ley 1314 de 2009, reconoce la autonomía de las normas tributarias respecto a las normas de información financiera y estas “únicamente tendrán efecto impositivo cuando las leyes tributarias remitan expresamente a ellas o cuando estas no regulen la materia.”, debe tenerse en cuenta el artículo 165 de la  Ley 1607 de 2012, donde se establece que durante los cuatro años siguientes a la entrada en vigencia de las NIIF, las bases fiscales de las partidas incluidas en las declaraciones tributarias, continuarán inalteradas con el fin facilitarle a la DIAN medir los impactos tributarios de la implementación de NIIF y proponer las medidas legislativas que sean necesarias.

Dado que Colombia vive en constantes reformas tributarias, lo preocupante de la norma antes citada, es que en virtud del análisis de impacto realizado por la autoridad tributaria, el gobierno en su afán desmedido de tapar el hueco fiscal y conseguir los recursos para financiar el posconflicto, termine imponiéndole a los contribuyentes obligados a llevar contabilidad a preparar la declaración de renta, tomando los datos de activos, pasivo, patrimonio, ingresos, costos y gastos, de los registros contables preparados bajo “NIIF”, con el objetivo de incrementar las bases de cálculo de los impuestos; como ocurrió años atrás, desde luego en una situación económica diferente del país, con el modelo de ajustes por inflación, el cual tenía el claro propósito de recaudar mayores impuestos.