La Nación
Se desinfla la protesta social 1 24 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Se desinfla la protesta social

Rodrigo Villalba Mosquera

Sin duda el 21 de noviembre de 2019 marcó un hito en la historia de la protesta social en Colombia. Fue una
expresión espontánea y generalizada de rechazo, que además de los sindicatos y colectivos sociales de
siempre, sumó a un representativo número de colombianos del común, de todos los estratos sociales,
quienes decidieron alzar su voz de protesta por muchas razones: Desempleo, inequidad, asesinato
sistemático de líderes sociales, escándalos de corrupción a diario y en general el desviado rumbo del
país que lo ha convertido en ingobernable.

Ese descontento generalizado, atizado desde las redes sociales, con influencia fuerte de la protesta en
el continente y más allá (caso París), hicieron de la iniciativa un éxito en Colombia. Sorprendió en desarrollo de las movilizaciones el número elevado de marchantes, el protagonismo de personas con reconocimiento social (actores, humoristas, etc.,) y el generalizado ruido de las cacerolas desde todos los puntos, incluso desde las ventanas de exclusivos condominios de las principales ciudades del país.

Fue una mezcla de todo, un caldo de cultivo que permitió al comité del paro avanzar rápidamente en su
cometido, creciendo día a día y poniendo en jaque a un Gobierno que quiere desconocer una realidad.
Sin embargo, por los errores del mismo comité del paro, la movilización se empezó a desinflar. Lo
primero es que el comité sobredimensionó las exigencias, pasando de un pliego razonable de 13
puntos, a uno exagerado de 104, pidiendo lo divino y lo humano, la protesta empezó a perder puntos.
Con la época de vacaciones, sumado al largo y desfasado pliego, se sumó la infiltración de los
vándalos en la protesta, el gran lunar que desdibujó la movilización, la marchitó, dando razón a los que no
comulgan con la idea de permitir la protesta social.

Y cuando comienza a desinflarse el ambiente alrededor de la protesta social, también comienzan a
desinflarse los alcaldes ‘independientes’, los que ganaron en las grandes ciudades como Bogotá, Cali o
Medellín, quienes estuvieron de lado de las marchas en campaña, pero que hoy, al cambiar de rol, (de
candidato a alcalde) ya como autoridad de policía que son, han sido duvitativos para enfrentar a los vándalos que se han tomado la protesta y que generan el repudio de la ciudadanía.

Los mencionados alcaldes se están inventado protocolos y dando mil explicaciones que no convencen a los ciudadanos, quienes no comparten que las marchas se conviertan en amenazas para la gente de bien, o a ver humillada a la fuerza pública en el ejercicio de sus funciones. Alcaldes de derecha o de izquierda, -finalmente alcaldes- tienen que ejercer autoridad, permitir la protesta social, pero también darle protección a la ciudadanía en general.