El dedo en la llaga Esta semana se inicia el conclave para elegir al sucesor del Papa Benedicto VXI. Se llega a este luego de la renuncia histórica, rodeada de hechos de corrupción como las comisiones por contratación que cobran los prelados, tráfico de influencias, la falta de fuerza en luchar contra la pederastia y abuso sexual, así como la criminalización del Banco del Vaticano referente al lavado de activos, especialmente a manos de la mafia italiana. Si a eso le sumamos los vatileaks en donde se dejaban al descubierto estos y otros hechos de corrupción en la curia romana, es clara la razón de la renuncia de su Santidad, toda vez que no se va por viejo, sino porque no pudo derrotar la maquinaria vaticana. Ahora como en cualquier elección se tienen diversos partidos políticos liderados por caciques. En este caso los grupos que se enfrentan son los bertonianos (liderados por el cardenal Bertone), diplomáticos (por el cardenal Sodano), focolares (su jefe Becciu), ambrosianos (liderados por el cardenal Nicora), ratzingeristas (liderados por Amato), partido romano (encabezados por Piacenza), extranjeros (representados por Scherer), opusianos (encabezados por Herranz), masónicos (guiados por el cardenal Coccopalmerio) y pastoralistas (con Ruini a la cabeza). Con esa variedad de movimientos, se inició la campaña desde el momento mismo en que Ratzinger anuncio su renuncia como Vicario de Cristo. Como en la elección de cualquier mesa directiva, se buscan alianzas, se piden votos cardenalicios, especialmente por los grupos más relevantes como son el de Tarsicio Bertone (que no se canso de traicionar al Papa) y el de Angelo Sodano. Siempre se especula con cinco o seis nombres antes de cada conclave, a veces se producen sorpresas, sin embargo, hace ocho años entró como Papa Joseph Ratzinger y salió como tal. Hoy suena y entra como Papa el italiano Angelo Scola, Arzobispo de Milan, quien fue colocado en esa ciudad por el saliente Benedicto XVI para que iniciara su campaña como sucesor al trono de Pedro, para perfilarlo como papable toda vez que los electores italianos querían recuperar el control luego de dos periodos de papado extranjero (el primero con un polaco, el segundo con un alemán), de esa forma lo pasaron de Venecia a Milán. Entonces Tendremos que esperar si se cumplen los vaticinios sobre él.