La Nación
Semana Santa, mensaje de esperanza 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Semana Santa, mensaje de esperanza

Esperanza Andrade

Siempre hemos manifestado que con base en el respeto, el amor, la solidaridad, la unión, la fe y la esperanza los colombianos podremos encontrar las soluciones a los problemas que nos asedian y nos ayudará a dejar atrás la crisis que atraviesa el país en distintos escenarios, sembrando de incertidumbre, hambre y tristeza a muchos hogares y familias, lo que nos duele y preocupa.

Por eso, la Semana Santa (qué alegría reencontrarla después de 2 años), que sigue siendo una época de gran importancia para la gente,  no solo para los más religiosos y católicos que hemos conservado las solemnes tradiciones de padres y abuelos, sino también para las familias que la toman como una tregua para el descanso, es una magnífica oportunidad para la reflexión, la meditación y la devoción, nos cae muy bien en estos tiempos difíciles y complejos, cuando estamos dejando atrás la traumática pandemia y necesitamos la reactivación económica, generar nuevos empleos y enfrentamos el desafío de elegir un nuevo gobierno presidencial.

Es, entonces, un periodo trascendental para la renovación y  reconfirmar nuestra fe, de vivir intensamente los valores más fundamentales y fundacionales del catolicismo como el afecto, la amistad, la oración, la piedad, el misticismo, y, especialmente, el auxilio y consuelo a quienes sufren, a los desvalidos, a los más pobres.

En consecuencia, la invitación es a prevalecer el bien común sobre el propio, a esforzarnos por un compromiso espiritual mayor en cada acto litúrgico, presencialmente o desde la casa, por el temor al virus, pero siempre con los seres queridos a nuestro lado.

Y es que estamos en el mundo para amar a Dios y a nuestros semejantes.  Es la única y mejor opción de estar unidos, de rechazar el egoísmo de los intereses particulares, que no tienen sentido; de no ceder a la tentación de ubicarnos en los extremos, asumiendo el riesgo de perder la convivencia pacífica, el desarrollo de las próximas generaciones, el futuro de nuestro país.

No es tiempo de la indiferencia, la división, la radicalización, porque Colombia entera y sus ciudadanos están sufriendo, lo que nos obliga a estar juntos para afrontar los desafíos, esa es nuestra ilusión. Rogamos que Jesús resucitado y misericordioso conceda paz, bienestar y esperanza a todos, pero especialmente a los débiles y desprotegidos, a las mujeres y niños en cada rincón, para que no se sientan solos.

Amigos, el derecho a la esperanza no lo podemos ni vamos a perder, no nos lo pueden quitar, es una esperanza real, viva, que viene de Dios. De la mano de Él continuaremos con ustedes y procederemos en las urnas a tomar la mejor decisión, por la unión activa que nos ayudará a salir adelante.