En el Cementerio Central de San Vicente del Caguán, yacen los restos de Duberney Vanegas Pacheco, el conductor de un vehículo de Pony Express que quedó sepultado en la inspección de Balsillas el pasado sábado, luego que 25 mil metros cúbicos de tierra se vinieran sobre la vía, mientras aguardaba a que removieran un derrumbe. LA NACIÓN, SAN VICENTE En el Cementerio Central de San Vicente del Caguán, yacen los restos de Duberney Vanegas Pacheco, el conductor de un vehículo de Pony Express que quedó sepultado en la inspección de Balsillas el pasado sábado, luego que 25 mil metros cúbicos de tierra se vinieran sobre la vía, mientras aguardaba a que removieran un derrumbe. Al cortejo fúnebre de Vanegas Pacheco, de 32 años de edad, asistieron cientos de pobladores del municipio, donde era ampliamente conocido. La víctima del desastre natural, ejerció varios años como locutor de la emisora Yarí Stéreo, Duberney Vanegas López, padre del occiso, dijo que llegó hace 30 años a San Vicente del Caguán, cuando el municipio todavía no contaba con el servicio de energía eléctrica, por lo que se convirtió en artífice de la radio en ‘la Despensa Ganadera del Caquetá’, cosa que después heredaría su hijo. El progenitor narró que la víctima llevaba cinco meses como transportador, haciendo la ruta San Vicente-Neiva y viceversa. “Él tenía la costumbre que llamaba a la mamá y le decía dónde iba, entonces nosotros siempre se lo encomendábamos a Dios”. Sin embargo, Vanegas López jamás imaginó que la llamada que recibió a las cuatro de la mañana de su hijo, sería la última. La repentina partida del conductor ha sumergido en un profundo dolor a sus padres, sus cuatro hermanas y a un pequeño hijo que dejó fruto de una relación de cuatro años con una joven que coincidencia mente también murió un sábado de diciembre. Roberto Penagos Cientos de sanvicentunos acompañaron a Duberney hasta su última morada. Duberney Vanegas Pacheco.