Solo nos faltaba que la solución para destrabar la reforma a la salud sea una reunión entre Uribe y Petro.
Comencemos por recordar que Álvaro Uribe en su época de senador fue ponente de la ley 100 de 1993, o sea que conoció el tema a fondo. Paradójicamente, sus dos periodos presidenciales fueron funestos para el sector, hasta el punto de que el presunto ministro de salud de la época fue condenado por dedicarse a garantizar su reelección.
Por estar ocupado en lo que no debía ese funcionario dejo de lado sus funciones, el dinero de la salud fue puesto en TES, no se actualizó el plan obligatorio de salud (POS). Tan calamitosa era la situación que la corte constitucional tuvo que expedir la sentencia S-760 de 2008, definiéndole al gobierno medidas radicales para garantizar el derecho.
Al final de sus mandatos recurrió a una emergencia económica pretendiendo enfrentar el desbordado gasto en insumos, medicamentos e intervenciones que estaban fuera del POS, la cual fue declarada inexequible en su totalidad por la misma corte constitucional.
Petro lleva más de 15 meses gobernando, no tiene una política clara en el sector, su improvisación lo llevó a proponer una reforma inaplicable que ni siquiera tiene el correspondiente aval fiscal del ministerio de hacienda. Sustenta la necesidad de dicha reforma en cifras acomodadas o falsas que conducen irremediablemente a soluciones sin asidero técnico.
Entonces, nada bueno para la salud va a salir de una reunión entre Petro y Uribe, en el mejor de los casos va a ser una conjunción de intereses y dogmas que no solucionaran ninguno de los problemas de salud que padecen los colombianos; en el peor, se van a “hacer pasito” y saldrá un engendro de reforma que empeorará la actual situación.
No nos hagamos ilusiones, no hay razón para hacerlo, lo mejor es que la reforma se hunda y volvamos a barajar, el sistema de salud no está tan mal como han querido mostrar, no requiere cambiarlo radicalmente, por tanto, no es necesario eliminar por completo lo establecido en la ley 100.
Pero esto no lo va a hacer el gobierno de Petro, ni siquiera ayudado por Uribe que lo tuvo todo para cambiar el país y se dedicó a otras cosas antes que a promover las reformas que se requerían.
Ya veremos si el sistema de salud sobrevive en el 2026 y a quien le tocará el desafío de reorganizar el sector en el siguiente periodo presidencial. Pero al menos dejen el sistema de salud como estaba cuando Petro se posesionó, ¡será mucho pedir!