La Nación
EDITORIAL

Si, a la paz negociada

siempre hemos considerado que es mejor dialogar y negociar, que confrontar militarmente. El gobierno de Belisario Betancourt promovió la creación del partido de la Unión patriótica como instrumento para que grupos insurgentes abandonaran la lucha armada, Julio Enrique Ortiz Cuenca Siempre  hemos considerado que  es mejor dialogar y negociar, que confrontar militarmente. El gobierno de Belisario Betancourt promovió la creación del partido  de la Unión patriótica como instrumento para que grupos insurgentes abandonaran la lucha armada, reemplazándola por la lucha democrática mediante la confrontación de ideas y programas. Con  Guillermo Plazas con quien dirigíamos el movimiento de  Convergencia liberal  , Alberto Rojas Puyo y Hernán Rojas Cabrera de la Unión Patriótica,    abrimos las puertas a las coaliciones  que fortalecieron la izquierda democrática y  le permitieron a las Farc  tener  en el Congreso a  Iván Márquez , Braulio Herrera y parlamentarios  del Epl,M19 y otros grupos insurgentes, proceso fracasado por la intolerancia de sectores guerreristas de la derecha  que decretaron la aniquilación  de la unión patriótica. La opinión pública ha venido dividida entre quienes consideran que la liquidación total de los grupos insurgentes se debe hacer por la vía militar y quienes consideran que se puede lograr la pacificación por la vía política mediante un proceso de diálogo, negociación, reconciliación y profundas reformas sociales y económicas que fortalezcan la democracia y combatan las desigualdades sociales, las injusticias y falta de oportunidades. A  10 años del fracaso de los diálogos del Caguán, el Eln expresa su intención de  conversar con el gobierno nacional para iniciar un proceso de paz y las  Farc hacen una propuesta  de dialogo  anunciando unilateralmente la liberación de los 10 integrantes  de las fuerzas armadas que llevan más de 14 años de secuestro y su decisión de acabar con el secuestro extorsivo. No dicen nada  de  civiles secuestrados  y  las extorciones económicas, vacunas o boleteos.  El silencio sobre los secuestrados civiles, la extorsión económica y la recordación del fracaso de las negociaciones en el Caguán, hace que el gobierno y  sectores de la población, hayan recibido las propuestas de dialogo de estos grupos insurgentes con desconfianza y recelo. Según analistas nacionales e internacionales, en el Caguán no hubo voluntad de paz por parte de la Farc, quienes  jugaron a su fracaso y se aprovecharon de la impreparación y faltas de estrategias de los negociadores del gobierno, para dilatar el proceso, entrenarse con maestros del terrorismo internacional, crear  milicias urbanas y fortalecerse económicamente con   el secuestro y  el narcotráfico. Aspiramos que las propuestas de las Farc y Eln sean una oportunidad para explorar la reapertura del proceso de paz mediante la vía política, el dialogo y la negociación, sin que el Estado pierda su autoridad. julioenriqueortiz@yahoo.com