La Nación
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Históricamente las relaciones entre Colombia y Venezuela han sido un fusible para el gobierno del país vecino utilizándolas para despertar el nacionalismo barato. Hace unos días la excusa fue la situación de la frontera, descuidada desde hace años por los dos gobiernos, lo que ha permitido que todos los males de ambos lados florezcan con la anuencia de las autoridades.

Por eso no debe sorprendernos que el déspota del país vecino haya expulsado a miles de colombianos sin importar que llevaran años viviendo allá y tuvieran núcleos familiares organizados, inclusive nacionalizados por el mismo gobierno que hoy los expulsa para que votaran por la fracasada revolución bolivariana, finalmente lo que busca es distraer la atención de su grave situación económica y política que más temprano que tarde le pasará cuenta de cobro.

De nuestra parte no podemos olvidar que muchos compatriotas emigraron con la ilusión de un futuro mejor, algunos de ellos desplazados por la violencia de nuestro país, quienes se instalaron en las ciudades fronterizas o al interior de Venezuela para desempeñarse en su gran mayoría en cargos humildes como servicio doméstico o meseros, o para vivir de la informalidad y el contrabando, recibiendo ingresos para sobrevivir y mandar algo de dinero a sus familias que se quedaron en Colombia.

Dolorosa la situación, ciudadanos de tercera en ambos lados, obligados a cruzar los ríos con sus pertenencias para ubicarse temporalmente en unos albergues de donde  también tendrán que salir con las manos vacías, porque en Colombia, país donde la equidad es parte de la historia, la solidaridad que se ha despertado es transitoria.

En medio de la crisis el talante de nuestros expresidentes brotó: Ernesto “el Cínico” acomodándose como siempre; el “gran colombiano” aprovechándose de la desgracia ajena para conseguir réditos políticos olvidando que gran parte de los colombianos expulsados de Venezuela salieron del nuestro país huyendo de su seguridad democrática; “Andy el frívolo” muy seguramente está de viaje y por eso poco o nada ha dicho. Rescatable únicamente Cesar “el Pragmático” que demostró talante de estadista al pedir unión sin condiciones y respeto a los compatriotas en Venezuela.

Colombia debe sostenerse utilizando los canales diplomáticos, no dejarse provocar y atender mejor la frontera, pero en todo caso teniendo claro que las agresiones no va a parar pronto, el sátrapa de al lado buscará alternativas para sostenerse y seguramente muchas de ellas tendrán nuestro país como objetivo, por lo que mientras no caiga el régimen dictatorial en Venezuela estamos en riesgo de nuevas embestidas y abusos.
garcia.francisco@javeriana.edu.co