Luego de tres meses de haberse puesto en marcha el plan nacional de vacunación contra el coronavirus, visto como un paso clave y definitivo para controlar la pandemia, son preocupantes las presuntas irregularidades que en torno al desarrollo de esa campaña ha venido revelando juiciosamente la Contraloría General de la República.
Ya son varios los informes que ha emitido el órgano de control y contrario a lo que cualquier ciudadano esperaría, las dudas o anomalías siguen creciendo.
Uno de los datos que más sigue inquietando tiene que ver con el número de fallecidos que aparecen en los listados de personas vacunadas contra el COVID-19, algo sumamente sospechoso. El 21 de abril pasado, la Contraloría divulgó que el número de los presuntos fallecidos vacunados era de 44. Al corte del 9 de mayo, el organismo de control identificó 86 fallecidos acumulados, evidenciando también que 7 personas identificadas con número de cédula, departamento e IPS y tipo de vacuna habían sido retiradas de la base de datos, sin justificación alguna. Y la Contraloría no recibió ninguna comunicación del Ministerio de Salud que explicara la razón por la que la base de datos fue manipulada en los registros de personas que originaron las alertas del ente de control. En el caso del Huila, son 4 los casos de muertos que ‘recibieron’ la vacuna.
El otro hecho sospechoso es el de los vacunados VIP. Pese a la ampliación del rango de edades, el número de personas vacunadas que no hacen parte del grupo priorizado sigue creciendo: la última alerta de la Contraloría registra 1.372 personas que no hacen parte del grupo priorizado en las etapas 1 y 2 de la fase uno del Plan Nacional de Vacunación, de acuerdo con el decreto 109 del 2021. Estas 1.372 personas vacunadas son menores de 60 años, no son profesionales, docentes o estudiantes del sector de la salud, personal de apoyo o talento humano de servicios en dicha área, ni se encuentran dentro de los regímenes especiales y de excepción.
Las autoridades de salud deben ajustar los procedimientos para que se genere confianza alrededor del plan de vacunación.
“Uno de los datos que más sigue inquietando tiene que ver con el número de fallecidos que aparecen en los listados de personas vacunadas contra el COVID-19, algo sumamente sospechoso”