Médicos neivanos le contaron a LA NACIÓN el ‘calvario’ que padecen en medio de la pandemia, especialmente los encargados de las áreas de urgencias y unidades de cuidados intensivos de diferentes IPS de la ciudad. Los profesionales piden mejores condiciones laborales y de bioseguridad para atender la emergencia.
Por estos días se habla mucho sobre la labor incansable que realiza el personal médico que atiende la pandemia del coronavirus.
A diario, médicos, enfermeras, camilleros y demás personal de la salud, se enfrentan al contacto directo con pacientes contagiados, poniendo en riesgo su vida y las de sus seres queridos.
Solo en España van casi diez mil profesionales de la salud positivos para covid-19, tras estar en contacto directo con pacientes infectados, muchos de ellos víctimas mortales.
Sin ir muy lejos, en Neiva, un médico de la ESE Carmen Emilia Ospina, quien laboraba en la sede de Canaima en el área de urgencias, resultó positivo para coronavirus el pasado 24 de marzo. Al desconocerse la cadena de contagio del galeno, cinco de sus colegas que compartieron turnos, también fueron declarados en aislamiento preventivo.
Frente al anterior panorama, el mismo Ministerio de Trabajo anunció, que los centros hospitalarios deben contar con un kit de elementos básicos para atender una sospecha o caso, el cual debe contener “un traje especial antifluidos con diferentes cierres, acompañado de un gorro, unas monogafas, una careta, polainas, guantes y tapabocas de alta eficiencia como el N95”, pero tristemente estos anuncios se quedan en el aire.
Elementos de protección a medias
Un médico que labora en la Clínica Uros de Neiva contó a LA NACIÓN, que este centro hospitalario no cuenta con todas las medidas de protección necesarias para atender la emergencia.
“Tenemos una total desprotección respecto a los elementos de bioseguridad, y no hay una ruta de atención única para los pacientes respiratorios o sospechosos de covid-19; en el mismo consultorio donde se le hace triage al paciente normal, se recibe al respiratorio, es decir, si llega un paciente respiratorio, se para, se desinfecta todo y se vuelve a entrar, pero las rutas son las mismas”, narró el galeno.
El médico agregó, que además han tenido muchas dificultades para que les entreguen los elementos de protección completos y de buena calidad; “recibimos tapabocas N95 rotos, algunos de tela, batas que no nos cubren totalmente, es decir, no tenemos garantías de que al atender pacientes sospechosos no vamos a infectarnos”.
Otro médico especialista quien labora en la ESE Carmen Emilia Ospina, que también prefirió no revelar su identidad, señaló que la situación para el personal de la salud que está enfrentándose a la pandemia allí no es la más “alentadora”.
“Si bien en la ESE Carmen Emilia Ospina hay una ruta medianamente clara para los pacientes respiratorios o sospechosos de covid-19, los elementos de protección que nos están proporcionando no cumplen con todas las condiciones de bioseguridad. La mayoría de los materiales que se usan no son antifluidos, no entregan tapabocas de tela, no tenemos garantías de protección”, contó el médico.
Especialistas compran elementos
Es tanta la preocupación de diversos especialistas de unidades de cuidados intensivos y urgencias en Neiva, que muchos tomaron la decisión de asumir el costo de sus elementos de protección. LA NACIÓN conoció una lista en la cual aparecen relacionados médicos generales, internistas, cirujanos, cardiólogos, de las clínicas Emcosalud, Uros y la ESE Carmen Emilia Ospina, quienes se organizaron y pusieron dinero para adquirir elementos de bioseguridad, los cuales están próximos a llegar en pedido.
De otro lado, el coordinador de la cooperativa a la cual están afiliadas las enfermeras de la ESE Carmen Emilia Ospina, sugirió a estas profesionales comprar sus elementos básicos de protección. “Es claro que en el momento están desprotegidos de los elementos básicos, ya se cotizaron; los tapabocas valen $8 mil y los overoles $18 mil, las personas que los requieren deben comprarlos a partir del lunes, a la hora de la verdad, ese es el valor de un taxi si uno se enferma para ir a una atención hospitalaria”, expresó el hombre en un audio conocido por este medio de comunicación.
¿Y la contratación laboral?
Además de no poder contar con los elementos básicos para atender a los pacientes, los profesionales de la salud deben lidiar con la poca estabilidad que ofrece el sistema, pues es muy bajo el personal de planta, pero alta la tendencia a la tercerización en contratación.
“En la ESE Carmen Emilia Ospina nos contratan cada dos meses por prestación de servicios, entonces vivimos con zozobra, no hay una estabilidad clara… hace 30 días solicitamos por escrito la contratación de planta y hoy (ayer), nos informaron que no van a contratar otra vez por el mismo tiempo, por lo que tomamos una decisión, ningún médico va a firmar el nuevo contrato el 30 de abril, pues la triste realidad es que sin garantías laborales ni en bioseguridad afrontamos el covid-19”, aseguró un galeno.
Pero en la Clínica Uros el panorama no es distinto. El médico que habló con LA NACIÓN de las deficiencias en los elementos de bioseguridad, además aseguró que en ese centro de salud “los médicos tenemos una subordinación clara, lo cual no corresponde a un contrato anual de prestación de servicios, pues también tenemos que firmar una carta renunciado a cualquier reclamación económica o laboral, nos dan unos horarios, un manual y exigen que hagamos cosas que no están dentro de nuestro cuadro de turnos, además en los cinco años que yo llevo trabajando no nos han subido el sueldo”, expresó.
Uros responde
La Clínica Uros mediante un comunicado informó que no es cierto que el personal médico y asistencial de esa Institución no cuente con los elementos de protección para el covid-19.
“En cumplimiento de los lineamientos establecidos por el Ministerio de Salud, Clínica Uros ha entregado al personal médico, asistencial y administrativo, los elementos de protección personal idóneos y necesarios de acuerdo a la exposición y riesgo según tipo de paciente para salvaguardar su integridad y seguridad”, dice el comunicado.
Este agrega que “ante la pandemia, como barrera para aislar y prevenir el contagio por coronavirus, se han creado unos kits institucionales de protección, de acuerdo a cada tipo de exposición al riesgo, los cuales han sido avalados por un equipo multidisciplinario de la Institución, el cual ha acompañado todo el proceso para la elaboración de los distintos protocolos de atención a tener en cuenta para el manejo de esta pandemia”.
Finalmente, la Clínica Uros expresó en su comunicado que no se ha recibido ninguna alerta de seguridad sobre la calidad de los elementos entregados.
El panorama
En Colombia, la primera línea de responsabilidad para la protección de médicos y del personal que está en urgencias y en las UCI es de los empleadores, afirmó esta semana el presidente Iván Duque.
El Gobierno Nacional emitió el Decreto 538, a través del cual dictó los requisitos para que el covid-19 sea incluido por las entidades Administradoras de Riesgos Laborales (ARL), como enfermedad laboral directa en los trabajadores del sector salud.
Ayer, a través de una carta, varias organizaciones médicas ratificaron sus preocupaciones e hicieron algunas propuestas encaminadas a mejorar las condiciones en las que trabaja el personal médico del país. Proponen centralizar los recursos de las ARL, así como los recursos adicionales del sector salud del fondo FOME, para el abastecimiento y dotación de elementos de protección personal (EPP) al trabajador sanitario, bajo la dirección del Ministerio de Salud y las secretarías departamentales.
Hoy se vence el plazo de 72 horas que otorgó el Gobierno a las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) para que entreguen a los trabajadores del sector salud la dotación para desempeñar sus labores.