La Nación
Sin rencores, pero con memoria 1 20 abril, 2024
HUILA

Sin rencores, pero con memoria

Derly Pastrana Yara, vivió la barbarie de una guerra que parece no tener fin; fue esclava sexual, su esposo e hijo fueron asesinados por las Farc, estuvo secuestrada y ahora solo está presa en los recuerdos de un pasado oscuro que la lastimaron. Hoy, lucha por aquellas mujeres violentadas, desplazadas y que no son escuchadas.

 

Astrid Hernández Ospina

 

A sus 46 años de edad, es la líder de mujeres víctimas del desplazamiento forzado y el conflicto armado más reconocida a nivel nacional, se convirtió en eso que siempre soñó, y pese a que las marcas de la guerra aún están en su cuerpo, sus hijos fueron el impulso para continuar, no desfallecer y hacer justicia, por quienes, como ella, han vivido en carne propia la violencia.

Hija de padres huilenses, y nacida en el municipio de Campoalegre, Derly llegó al departamento del Caquetá, cuando apenas era una niña, la voluntad de sus padres así fue y sin imaginar que allí sería el epicentro de un calvario eterno, la familia conformada por ocho hermanos, se radicó en tierra caqueteña, que en los años 80’s, estuvo cruelmente marcada por el conflicto armado.

El principio del duelo

Su acción a favor de los más desprotegidos y que, como ella, estaban viviendo esa guerra absurda, la hacían liderar proyectos especialmente donde las víctimas eran mujeres, y así fue tomando posición en una sociedad donde el machismo era protagonista. Alzó su voz ante las desigualdades y aunque muchas veces la quisieron callar, siempre estuvo firme.

Con tan solo 15 años, conformó una familia con un campesino de la región, ella como promotora de salud en la vereda Puerto Lozada, zona rural de Puerto Rico-Caquetá, y él como ayudante de la fonda/billar, más grande de la zona. Meses después se negaron a dejar sus tierras y por no acceder a pagar una extorsión, Gumbachez Pinzón, fue asesinado por miembros hombres al mando del  ‘Paisa’. Derly, con dos hijos, quedó viuda.

A sus 24 años, fue el objetivo sexual de guerrilleros que incursionaban en la zona; fue secuestrada, la violencia volvió a ser su prenda de vestir, fue abusada sexualmente, y estuvo en poder del temido ‘James Pata Mala’, segundo al mando de la columna Teófilo Forero de las Farc. En lo más recóndito de la selva, su llanto y dolor era el aliciente sexual de quien la accedía, el hombre más temido de la región con quien nació una historia jamás contada.

Meses después, su único hijo varón, fue reclutado con engaños por hombres armados, que lo internaron en las filas de la otrora guerrilla, “cuando me entero del reclutamiento de mi hijo, no me importó nada, mi único interés era recuperarlo, me interné en los campamentos, llegué hasta donde estaba el ‘Paisa’, estuve 15 días junto con ellos, y el precio para recuperarlo, fue ser la esclava sexual de todos los guerrilleros del campamento”. El 26 de febrero del 2011, Arnulfo Pinzón, recobró la libertad.

Años después una granada destruyó su casa, y se vio obligada a emigrar de la zona; llegó a Bogotá y luego de una incansable lucha, conformó la fundación Caritas Felices, desde donde inició a promover causas sociales y que fue el puente que la catapultó, como la líder femenina más reconocida en el país, a favor de las víctimas del desplazamiento y el conflicto armado. Al Huila retornó en el 2012, y creyendo haber dejado atrás ese pasado oscuro, cinco años después, como coincidencias tétricas de la vida, un 26 de febrero de 2017, un sicario le quitó la vida a ese hijo que con valentía había logrado sacar de las filas de la guerrilla. El joven, para ese entonces de 19 años, murió a pocos metros de su vivienda, en el barrio Cuarto Centenario, en el sur de Neiva.

Lucha incansable

“Yo sentí que el mundo se había venido al piso, pensé dejar todo a un lado, sentía que no podía más, pero siempre me repetía: hijito de mi vida, ayúdame para que el dolor de tu ausencia no termine con mis fuerzas”.

“Finalmente el ‘Paisa’ me quitó a mi hijo, no valió tanta protección que le brindé, porque la muerte nos alcanzó. El sicario, ‘Kevin Tapas’, capturado el año pasado, confirmó que la orden la había dado él”.

Hoy, son más de 20 años luchando por aquellas mujeres que son víctimas, con tres desplazamientos, 11 hechos registrados de violencia, dos seres queridos muertos y miles de recuerdos; Derly lleva la batuta del silencio que ha costado vidas. Es una mujer empoderada que busca hacer justicia desde las causas sociales.

Actualmente es la presidenta de la Red Nacional de Mujeres Desplazadas y Víctimas del Huila, dice ya no tener miedo, lo vivido la llenó de fuerza para no dejarse quebrantar, y así la intenten callar, sigue en pie de lucha, sin rencores, pero con memoria.