Los soldados huilenses Danovis Quintero Caso y John Alexander Cabrera Rosales murieron en operaciones militares contra las guerrillas del Eln y las Farc, en los departamentos de Arauca y Caquetá, respectivamente.
Los enfrentamientos se registraron con subversivos de Frente de Guerra Oriental del Eln y la columna móvil ‘Teófilo Forero Castro’.
El uniformado Quintero Castro, adscrito a la Fuerza de Tarea Quirón de la Octava División del Ejército, perdió la vida ayer junto al cabo tercero Óscar Iván Guzmán López, cuando frustraron un atentado al oleoducto Caño Limón-Coveñas en el kilómetro 94, en el sitio conocido como La Pava en el municipio de Saravena.
“Con la frustración de esta acción se evitó la afectación a la población civil y a las fuentes hídricas que surten el afluente de donde es tomada el agua que se abastece a los hogares araucanos”, manifestaron voceros castrenses.
Añadieron que en los enfrentamientos murieron dos subversivos de la célula guerrillera.
‘Quería al Ejército’
Entre tanto, ayer fue sepultado en la ciudad de Neiva el soldado profesional John Alexander Cabrera Rosales, luego de 26 días de estar luchando contra la muerte.
El uniformado, adscrito al Batallón de Alta Montaña Algeciras, resultó herido en una emboscada de subversivos de la ‘Teófilo Forero’, en el sector de Guayabal del corregimiento de Balsillas en San Vicente del Caguán (Caquetá).
Cabrera Rosales, de 28 años de edad, y sus compañeros fueron atacados cuando se dirigían a registrar una casa que al parecer estaría acondicionada con explosivos.
“Ellos iban a inspeccionar una casa que les decían que estaba con explosivos, cuando les dispararon desde lo alto”, dijo Fernando Cabrera, padre del uniformado.
El militar, quien llevaba ocho años como soldado profesional, en el ataque sufrió graves heridas en su organismo, que lo llevaron a la muerte el sábado anterior en el Hospital Militar en la ciudad de Bogotá. “La bala le destrozó los intestinos, el páncreas, un riñón y el hígado”, manifestó el progenitor.
El hombre recordó que su hijo amaba el Ejército. “Le gustaba la vida militar, quería mucho al Ejército, salía a vacaciones y se aburría, contaba los días que le faltaba para volver”.
Cabrera Rosales la última vez que estuvo en la casa de sus padres fue el pasado mes de enero, cuando se encontraba de vacaciones.
