La Nación
Sombrío panorama 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Sombrío panorama

 

Por: Eduardo Gutiérrez Arias

591.000 personas contagiadas en 187 países y 27.000 muertos, es la punta del iceberg de los tres primeros meses de pandemia del Covid 19. El modelo privatizador de los servicios de salud que comenzó con la dictadura de Pinochet en Chille y el neoliberalismo rápidamente extendió por el mundo, incluido a Colombia con la ley 100 de 1993, haciendo de la salud un gran negocio para el capitalismo, ha mostrado en esta crisis sanitaria su incapacidad para brindar atención a millones de enfermos. Los grandes inversionistas saben que en la economía de mercado, es necesario mantener la oferta un poco por debajo de la demanda para que los precios del producto suban. Así han funcionado las ofertas de servicios de salud en los países desarrollados del mundo. Por eso en emergencias como la actual, los hospitales y clínicas colapsan por la falta de espacio, camas, respiradores, médicos y enfermeras. En los países de menor desarrollo la situación es peor porque la distancia entre la oferta de servicios de salud y su demanda, es grandísima. Esa tragedia comienza a vivirla hoy Ecuador, especialmente en la provincia de Guayas.

Algunos analistas creen que este coronavirus es bastante democrático porque ataca por igual a pobres y ricos. Lo que no dicen es que las posibilidades de prevención del contagio y de atención en caso de enfermedad son infinitamente mayores para las clases adineradas. La gente que tiene que trabajar, debe salir a tomar el transmilenio o el bus, así vaya atestado y sea un gran riesgo. Lo contrario es perder el empleo y el hambre también es una enfermedad peligrosa. En Colombia, donde el desempleo ronda el 12% de la población laboral y el empleo informal llega al 48%, una parte de esta población ha salido a su rebusque diario, porque quiere llevar algo de alimento a su familia. El presidente Duque dice que va a darle un auxilio económico a 3.000.000 de familias pobres, pero esta cifra es sólo la tercera parte de los necesitados.

Los verdaderos héroes en esta batalla han sido los trabajadores de la salud (médicos, enfermeras, personal paramédico) quienes desafiando su propia seguridad, luchan por salvar vidas a costa de la propia. Debo incluir entre los héroes a los campesinos de Colombia que hasta la fecha han garantizado la seguridad alimentaria del país. Pero deben existir planes de contingencia que les permita que a sus fincas lleguen los trabajadores que requieren como en el caso de los cafeteros con su cosecha que comienza en abril. No hacerlo así es profundizar la recesión económica que ha comenzado.