«Cuando empecé la gente de mi comunidad me decía: Vos te volviste loca, a vos qué te pasó, de dónde es que estás saliendo con cuentos que vas a ser presidenta. Otros me decían vos sois muy igualada y pues ahora saber que esa igualada está aquí representando a todas las mujeres». Así lo expresa con determinación Francia Márquez, la actual vicepresidenta de Colombia, uno de los más altos cargos del poder ejecutivo que a más de otras funciones sustituirá al Presidente en casos de falta temporal o definitiva conforme lo dispuesto en el artículo 202 Constitucional.
Pese a las adversidades esta aguerrida activista social de origen humilde, oriunda de la Vereda Yolombó en el Cauca ha enfrentado con arrojo los desafíos cotidianos en medio de caminos pedregosos e incluso cuando todo pareciera estar en su contra desde su instinto de supervivencia ha sacado a flote esa fuerza interior que la caracteriza y hoy por hoy se enarbola como un claro ejemplo de coraje y persistencia. Tanto así que incluso en su momento fue declarada objetivo militar y como ella misma lo afirma «conozco el miedo a profundidad».
Desde ese contexto la virtud de la perseverancia se constituye en poderosa fuerza impulsora para transformar las dificultades en oportunidades de cara a una realidad adversa hasta el punto que pareciera poco probable alcanzar. De donde se infiere que cuando alguien se aferra a sus metas y se esfuerza por hacerlas realidad no hay obstáculo que impida alcanzarlas. En palabras de Thomas Carlyle: «Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, solo será cuestión de tiempo recoger sus frutos».
En igual sentido cobra fuerza la denominada ley de atracción que si bien carece de fundamento científico se enfoca en que somos fiel reflejo de lo que atraemos a nuestras vidas a la hora de proyectar futuro. En términos prácticos, tener una visión optimista desde nuestro diálogo interno es lo que realmente debería ser parte del propósito en el camino por la vida.
Partiendo de las anteriores consideraciones «deja que tus sueños sean más grandes que tus miedos». Esa es la consigna.