Al mejor estilo de Guillermo Plazas en sus columnas, quiero insistir nuevamente en mi llamado por la cultura ciudadana en nuestra ciudad. Estoy seguro que eso es más importante que cualquier obra pública que se emprenda dentro de nuestro territorio. Al mejor estilo de Guillermo Plazas en sus columnas, quiero insistir nuevamente en mi llamado por la cultura ciudadana en nuestra ciudad. Estoy seguro que eso es más importante que cualquier obra pública que se emprenda dentro de nuestro territorio. En la escuela nos enseñan a leer y a sumar; en la iglesia a orar y en la familia la honestidad. Pero nadie nos está enseñando a vivir en una ciudad, un espacio en el que tenemos que interactuar y compartir con extraños toda clase de bienes públicos. Y existen unas responsabilidades que son esencialmente publicas, sin las cuales no es posible emprender acciones en favor de la cultura ciudadana. Con todo respeto considero que hay que hacer varias cosas y lo primero, con lo que deberíamos arrancar es desde la educación que se imparte en el preescolar y en la básica primaria. Hay que introducir en los planes de estudio o curriculum la formación ciudadana; hay que señalizar la ciudad con cebras y paraderos de buses; hay que disponer el mobiliario urbano de cestas para la basura, ojala para clasificarla en la fuente y recuperar con ello la mayor cantidad de residuos sólidos que sean recuperables. Hay que dotar la ciudad de baños públicos, parques y andenes, entre otras determinaciones necesarias para organizar el comportamiento de quienes vivimos en Neiva. El forjar una cultura ciudadana debe ser una prioridad para el gobierno municipal, quien debe no solo convertirlo en un eje trasversal de todas las acciones suyas, sino y además, destinarle un dinero publico para lograr algunas metas y resultados en el inmediato futuro, no obstante de que los cambios culturales demandan tiempo. Estoy convencido que la cultura ciudadana reduciría costos y haría mas rentable las inversiones en seguridad y convivencia; serviría para controlar la corrupción; mantendría en mejor estado los parques y escenarios deportivos; facilitaría las acciones de gobierno, y afectaría positivamente la accidentalidad y hasta la salud publica. Por todo eso, vale la pena que las autoridades municipales lideren una cruzada en su favor. Nota1: El Congreso de la República se salió con las suyas y aprobó una reforma de la justicia que más parece una revancha y en favor de la propia impunidad de los honorables parlamentarios, ante el silencio de muchos de los entendidos en la materia. Nota 2: Mis más sinceras felicitaciones a Mario García Ibatá, Diego Omar Pérez y Francisco Barona, tres brillantes colegas y amigos de la Universidad del Cauca, que acaban de posesionarse como magistrados de Sala Civil, en los Tribunales Superiores del Caquetá, Atlántico y Cauca, respetivamente.