La Nación
COLUMNISTAS

Suerte la de los colombianos

El registro de dos colombianos que murieron en el choque de una aerolínea alemana contra los Alpes franceses, ocurrido la semana anterior, puso en “alerta” a toda la colombianidad del mundo.

¿Por qué en cada catástrofe internacional siempre caen coterráneos nuestros? Mire usted:

Dos sucumbieron en accidente ferroviario en Castelldefels (noreste de España); otros dos en las afueras de Quito al quedar sepultado su vehículo bajo gran derrumbe a causa de las lluvias; otros son víctimas de terremotos, tsunamis, accidentes terrestres, tiroteos, y demás formas de morir fatalmente.

Las estadísticas muestran la extraordinaria movilidad de nuestros paisanos. Por naturaleza el colombiano es inquieto y versátil, goza de increíble creatividad, su destino es el mundo y el universo.

Cerca de seis millones viven fuera del país como migrantes legales e ilegales. Ser emprendedor y amigo de los negocios es su característica. Las cifras del Ministerio de Relaciones Exteriores indican que de los casi 14.200 colombianos que hay en las cárceles del mundo, 129 pagan cadena perpetua y 15 están condenados a muerte (a la fecha).

Son escasos los lugares que nunca han sido visitados por colombianos (los dedos de mi mano izquierda no alcanzaría para detallarlos): 1. Oceanía (islas Marshall y Tuvalu); 2. Asia (Tayikistán); 3. África (Suazilandia)…y pare de contar ¿por qué?

Argumento: son territorios pequeños, jóvenes, pobres, y con poca población, no reportan muchos atractivos turísticos, ni riquezas. Además, son sitios que están amenazados por el “cambio climático” y pronto desaparecerán. Tayikistán, por ejemplo, es uno de los países más pobres de Asia Central. No nos gustan los lugares así.
Hipótesis central: el colombiano sólo va a donde pueda hacer turismo y “billete”, esa es la verdad.