La Nación
COLUMNISTAS

Teatro a cielo abierto. Por Carlos Martínez Simahan

A cielo abierto se escenifican los Cuadros Vivos en Galeras (Sucre) durante tres noches de Enero, en largas y añejas calles que permiten, comentar los cuadros, hacer tertulia, saludar al amigo, reencontrarse con los que regresan y abrirles la casa hospitalaria al forastero, quien admirado recorre esta galería de arte popular, abriéndose paso a codazos entre la abigarrada y alegre multitud que camina orgullosa frente al hermoso arte de su pueblo. El seis de Enero recorrimos la “calle nueva” en compañía del periodista Alfonso Hamburger y nos ratificamos en la intuición juvenil: los Cuadros Vivos son únicos y cuando el mundo cultural los conozca, tendrán reconocimiento universal. Para hablar con los creadores, en casa amiga y culta, hicimos hasta bien avanzado el otro día, un apasionado “taller” con antropólogos de Mincultura, con artistas caribes, con periodistas y asesores del Festival. El taller se amplió la noche siguiente con el maestro Jorge Alí Triana, Pilar Manrique, Gloria Triana, J.L. Quessep, J.L. González, Alvaro Suescun y Samuel Buelvas. Fue un coloquio entre los entendidos y los jóvenes creadores galeranos. ¿Qué es esto? se preguntaban, ¿Hapening, performances, instalaciones? Tienen elementos comunes a esas manifestaciones pero, son sencillamente Cuadros Vivos de Galeras, respondieron los profesores Iriarte y Jarava. Cuando se afirmaba que hoy la noticia del arte en Colombia son los Cuadros Vivos, un joven artista dijo con picardía: Gracias por visitarnos. Estamos de suerte, porque las autoridades del Festival se esmeraron para no enterarse de nada. Las charlas inquisidoras de los Triana y Suescun nos condujeron al origen más que centenario de esta tradición que en sus inicios se realizaba en honor de los Reyes Magos y reproducían básicamente estampas religiosas. Se remontan a la edad media europea, a los Autos Sacramentales que se representaban en los pórticos de las iglesias, “siendo el más antiguo el Auto de los Reyes Magos”. Con el Festival, hace 23 años, sobrevino la explosión de lo ancestral y la exaltación de las costumbres y quehaceres del entorno. También hay exquisitos homenajes a lo clásico (La Piedad), a la sátira moderna (Los Tres reyes malos: Chávez, Evo, Ortega), al arte protesta (Los desplazados), a lo conceptual (Fragilidad), a la rebeldía (Unos sí, otros no). Como todos, el maestro Triana se rindió ante la singularidad y la belleza de los Cuadros Vivos, ante la espontaneidad de los actores, ante el teatro a cielo abierto con miles de asistentes, que envidiaría, dijo, cualquier autor teatral y director de cine. Como él. Es más, aún no termina la charla que iniciamos esa noche… Mientras Gloria reseñaba alborozada los escogidos para el Festival de Artes Escénicas del Caribe, continuamos conversando en los policromos telares de Morroa, en el museo post-moderno de Clementina Mariposa y en las amadas plazas coloniales de Cartagena de Indias, escuchando El Sonido de las Américas.