Y quiero mantenerme en ella deliberadamente, porque existen decisiones tomadas por las organizaciones electorales de Venezuela y Colombia, que me hacen creer, de una parte, sobre los efectos de la amistad de Santos y Chávez, y su influencia sobre este último, que me atrevo a decir, que nuestro país, va a pasos agigantados hacia una dictadura de verdad. En el proceso electoral del vecino país, el tarjetón autorizado por el consejo electoral incluye 14 veces la foto de Maduro y una sola vez la de Capriles, el opositor. Valga democracia; con motivo de las elecciones atípicas del Huila, el consejo electoral, quiere montar derechos atípicos, o situaciones atípicas, que desde luego, se convierten en un atentado contra el derecho al voto, el derecho a elegir y ser elegido, como una manifestación de la voluntad del pueblo, en quien reside nuestra soberanía; al menos eso dice la constitución; el voto es una de las tantas manifestaciones de participación democrática, dentro de un Estado supuestamente democrático y participativo; pero pareciera que la disposición expedida por el consejo electoral nuestro, ahí la duda, no sé si fue el nuestro, o el de Venezuela, o el del país de las maravillas, sin sustento legal, la atipicidad de la elección es la razón conocida, cuando restringen deliberadamente las expresiones publicitarias invitando a votar en blanco, forma legal y constitucional, desde luego, forma de expresión licita y con efectos legales, en la eventualidad de que sea el voto en blanco quien obtenga la mayoría. Siendo así, y con esas coincidencias con el vecino, el tarjetón nuestro, ahí si debe llamarse el de la unidad regional, no Huila Unido como antes, que termino más desintegrado aun, donde aparezca solo el candidato de esa unidad, las veces que se quiera ojala las mismas 14 veces para mayor coincidencia. Independientemente de que se esté a favor o en contra del voto en blanco, me parece que flaco servicio le prestan al Huila, al país, a la democracia, al mismo doctor Iriarte, por quien tengo especial respeto por su amistad, someterlo a escenarios, que más denotan el estado de desesperación de nuestra clase dirigente que lo tienen entre los palos, y me atrevo a pensar, que nada de raro tiene que haya sido la misma dirigencia quienes hayan ido al consejo nacional electoral, en búsqueda de una decisión de semejante magnitud, por lo arbitraria, parecida a la adoptada por el extinto directorio nacional conservador, que queremos acompañar a bien morir. Me quiero mantener deliberadamente en la duda, como una opción para tratar de liberarme de tanto bárbaro suelto deambulando.