La Nación
Tiempos de encierro 1 29 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Tiempos de encierro

 

Fermín Beltrán Barragán

El hombre antiguo también se encerraba ante el peligro, su refugio eran las cuevas, se aislaba de las fieras, las dejaba afuera y ellas continuaban al acecho, agazapadas entre las sombras. Su reto era volver a salir de sus cavernas, habría lucha seguramente, podría perecer, podría supervivir. Ahora, después de miles de años hacemos lo mismo, ya casi no hay fieras, se transformaron, se hicieron pequeñas, ahora son moléculas que nos buscan para eliminarnos, pero el reto es el mismo, volver a salir de las casas, luchar y supervivir.

Es muy interesante abordar nuestra situación actual desde la perspectiva de la relación del hombre con su espacio, al principio esta relación se limitaba a la necesidad de supervivencia, de satisfacer lo básico, para ello la cueva era suficiente. Hemos evolucionado, ahora esta relación, busca además saciar el confort y demostrar el poder, entre más grande sea la casa mayor el prestigio social. Nos fuimos desplazando vertiginosamente del campo a la ciudad y construimos las urbes, la más grande, la señora Tokio con sus 40 millones de habitantes, casi toda la población de Colombia en una ciudad.

Una regla básica nos dice que a mayor población menor espacio, ¿cuál es la capacidad del planeta tierra?, en 2030 seremos ya 8.500 millones de personas, ¿resistirán las ciudades? ¿Cuántos centímetros cuadrados tendremos cada uno para movernos y para respirar?  Las viviendas tendrán que achicarse, habrá normas rigurosas de movilidad, después del virus edificaremos la higiene, la limpieza será un imperativo, crearemos nuevas costumbres, en menos espacio tendremos menos contacto físico.

Frente a las ventanas de hoy pensamos en la libertad de los otros días, frente a la escotilla los tripulantes de los submarinos imaginan los paisajes de su juventud, saben que solo podrán verlos después de meses navegando en las profundidades oceánicas. En estas situaciones de encierro, el camino es acudir a la poderosa mente humana, aún en la quietud del movimiento es capaz de producir obras impresionantes, no olviden que Cervantes escribió parte de El Quijote en la cárcel Real de Sevilla y otras muchas huyendo de la peste de Andalucía.

No temamos al encierro, no hemos perdido la libertad de crear y de imaginar, la imaginación y el ingenio no están en las calles, están dentro de nosotros mismos. Nelson Mandela liberó a Sudáfrica estando entre rejas, durante 27 años, en la isla Robben y en las prisiones de Pollsmoor y de Víctor Verster. Hoy, un virus acecha a la humanidad, está por todos lados; por fortuna la investigación científica está muy avanzada, pronto tendremos la cura y la vacuna. Pero el crecimiento de la población y de las oportunidades en ritmos disonantes, hará que nuestra relación con el espacio sea distinta y que nuestra reclusión y movilidad se afronten bajo el imperativo de las nuevas costumbres.

 

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