La Nación
Todos los días son un desafío: venezolanos 1 25 abril, 2024
NEIVA

Todos los días son un desafío: venezolanos

Los jóvenes Evuymar Márquez y Johan Hernández hacen parte de los 2.744 venezolanos que viven en Neiva. La pandemia del covid-19 profundizó los desafíos para ellos y toda esta población.

Temadeldía@lanación.com.co

La pausa de la economía informal está empujando a venezolanos a regresar a su país. Muchos tomarán nuevamente camino por las montañas andinas, tal como hicieron hace más de un año, pero en sentido contrario.

Sin embargo, este no es el caso de los jóvenes Evuymar Márquez de 27 años y Johan Hernández de 28, quienes hace dos años llegaron a Neiva. Argumentan, que pese a haber perdido sus fuentes de ingresos a causa de la pandemia, no es una opción regresar a su país.

Los jóvenes cuentan que antes de que llegara la pandemia a la ciudad, trabajaban en bares del barrio Cándido en el norte de Neiva donde tenían un ingreso fijo, pero con las restricciones por cuenta del virus estos establecimientos cerraron y ellos quedaron sin trabajo.

“Para nosotros ha sido duro porque no tenemos a nadie, cuando inició todo nos desalojaron de donde estábamos, actualmente estamos en otro lugar”, narra Evuymar.

Ante este panorama, los venezolanos optaron por poner un puesto de empanadas de ‘su tierra’ y de comidas rápidas, en la Carrera Primera de Cándido, para poder subsistir.

Johan asegura que el impacto de las restricciones por cuenta de la pandemia, ha sido total. “Antes teníamos un día a día fijo, el caso era que sabíamos que al finalizar la jornada había una remuneración fija, ahora no, hay gente que nos denigra un poquito porque somos venezolanos y no nos quiere prestar el apoyo. Todos los días son un desafío”, expresa.

Otro reto para ellos es estar lejos de sus familias, y les causa tristeza no poder enviarles dinero como antes lo hacían.

“Estar lejos de la familia es difícil de explicar, porque además uno los quiere ayudar, enviarles dinero como antes, pero de qué manera si a veces no tenemos ni para nosotros”, complementa Johan.

Por su parte, Evuymar expresa: “Nosotros nos vinimos para Colombia con la intención de ayudar a nuestras familias, porque como todos saben la situación allá es difícil, pero con todo lo que pasó no hemos podido aportarles, todo lo que hacemos es para pagar arriendo, desde que comenzó esto no hemos podido mandar para nada”.

Destacan su iniciativa de vender empandas venezolanas, y antes que nada piden colaboración y solidaridad de parte de los neivanos, para que apoyen las iniciativas de todas las personas que se encuentran en esta situación.

“Ahora intentamos hacer algo diferente con un tipo de empanadas venezolanas que le han gustado a la gente. Pedimos que nos colaboren, sabemos que mucha gente ha llegado de Venezuela a robar, a hacer cosas malas, entonces por eso nos estigmatizan, pero no todos son malos”, finaliza Johan.

En esta cuenta de Instagram podrán observar el menú que ofrecen los jóvenes venezolanos: @tastyempanaditas.

Colombia enfrenta al coronavirus y su consecuente cuarentena en medio de una de las crisis de refugiados más grandes de la historia moderna. De los poco más de cinco millones de venezolanos que decidieron salir de su país, 1′825.687 están en el territorio nacional. A pesar de que cuando inició la pandemia se hizo foco en las 45.000 personas que regresaron al país vecino, la realidad es que eso solo representa el 2,4 % de la población migrante. La atención al restante 97,6 % supone retos aún mayores a los que este fenómeno suscitaba antes de la aparición del COVID-19.