La conmemoración del Día Internacional del Trabajo en Neiva reunió a sindicalistas, trabajadores informales y asalariados, estudiantes, desempleados y mototaxistas. La conmemoración del Día Internacional del Trabajo en Neiva reunió a sindicalistas, trabajadores informales y asalariados, estudiantes, desempleados y mototaxistas. En calma y unidad reclamaron por estabilidad laboral y respeto a los derechos humanos. Exigieron políticas gubernamentales en beneficio de los trabajadores y el retorno de derechos colectivos que han sido cercenados. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Diversidad y unidad fueron las notas predominantes en la movilización del Día Internacional del Trabajo en la ciudad de Neiva. Trabajadores informales, asalariados, mototaxistas, desempleados, estudiantes, objetores de conciencia,
sindicalistas y organizaciones políticas de izquierda, recorrieron en la mañana de ayer, llena de sol y de lluvia, las calles de la ciudad. Las expresiones culturales hicieron parte de la masiva jornada. Algunos empleados del Sindicato de Empresas Públicas de Neiva entonaron las tradicionales rajaleñas huilenses, en las que manifestaron su descontento por los manejos administrativos en la Caja de Compensación Familiar (Comfamiliar), los altos costos de los servicios públicos y la problemática de los trabajadores en el contexto regional y nacional. Con los mototaxistas se presentaron algunos roces al inicio de la movilización, cuando agentes de la Policía Nacional intentaron impedir el ingreso de las motos a la marcha. Sin embargo, la oportuna intervención de los delegados de derechos humanos de la institución oficial y de organizaciones no gubernamentales, permitió que retornara la tranquilidad en la protesta que se tornó totalmente pacífica. El Sindicato de Mototrabajadores rechazaron los decretos expedidos por el alcalde Pedro Hernán Suárez. “Necesitamos laborar porque esta actividad es el sustento de nuestras familias, de esto vivimos. Somos más de 3.000 mototaxistas neivanos. Reclamamos los derechos que nos corresponden como ciudadanos. Somos personas trabajadoras, honestas y honradas. Somos la solución al problema y no el problema”, manifestaron. Asimismo, el Sindicato de la Caja de Compensación Familiar exigió el reintegro de 45 funcionarios. “Fuimos despedidos injustamente de Comfamiliar porque decidimos sindicalizarnos. Rechazamos la mala administración de sus directivos y pedimos que los derechos colectivos se respeten”. Los trabajadores de los hogares infantiles aseguraron que estaban en desacuerdo con la estrategia presidencial de cero a siempre. “Pretende acabar con los parafiscales, recursos necesarios para nuestro sostenimiento”. Diversidad Delegados de la Unión Sindical Obrera (USO), que recoge a los obreros petroleros, aseguraron que los trabajadores colombianos están afectados por los bajos salarios. “Tenemos peso en la sociedad y seguimos unidos por la defensa de los derechos laborales. Buscamos que se regularice nuevamente la jornada laboral, se respeten los sindicatos, la libertad de asociación y los pliegos colectivos. Necesitamos recobrar el sistema pensional. Estamos afectados por las contrataciones irregulares que se realizan en el país”. Algunos de los marchantes conmemoraron además las luchas de la clase trabajadora. “Queremos volver realidad tantos sueños frustrados, los cuales han sido dilapidados por la elite que nos gobierna”, manifestó un líder sindical. Mujeres y hombres, adultos, niños y jóvenes, pidieron políticas laborales incluyentes y en condiciones de dignidad. “Marcho porque quiero una Colombia libre de explotación, de discriminación o de miedo. Caminamos para que nuestros hijos y las nuevas generaciones tengan un trabajo digno y un salario meritorio. Para que no sean maltratados por las grandes multinacionales”, aseguró una marchante. Los objetores de conciencia pidieron la supresión de la libreta militar. Les pidieron a las autoridades militares respeto a los pronunciamientos de la Corte Constitucional frente a las batidas, así como la eliminación de esta práctica del contexto regional. “Esto atenta contra los derechos de los jóvenes, que necesitamos un sustento para nosotros o nuestras familias”. Asimismo, denunciaron que al finalizar la movilización, algunos agentes de la Policía Nacional les retuvieron sus implementos culturales y los ultrajaron verbalmente. Concentración En la Concha Acústica Jorge Villamil Cordovez se concentraron los marchantes. Bajo una torrencial lluvia entonaron el Himno Internacional de la Clase Obrera y pronunciaron emotivos discursos. Los asalariados reflexionaron sobre la difícil situación del país y de la sociedad colombiana. Aseguraron que el presidente de la República Juan Manuel Santos continuó las políticas de su antecesor Álvaro Uribe Vélez, en detrimento de los trabajadores. Dijeron que la realidad social actual es de hambre, miseria, desempleo e informalidad. Asimismo, aseguraron que en Colombia existe una crisis de protección a los derechos humanos, que fenómenos como el de los falsos positivos siguen latentes en algunas regiones del país y que las investigaciones al respecto están a la impunidad. Aseguraron que la destitución de militares involucrados en ejecuciones extrajudiciales fue una cortina de humo, y que los uniformados comprometidos con los crímenes atroces aún no han recibido los castigos pertinentes. Manifestaron que la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras justifica la reforma agraria perpetrada por los paramilitares. “La normatividad existente no posibilita la entrega de predios a los campesinos, sino que los somete a la miseria y exclusión. Las políticas gubernamentales les impiden a los trabajadores colombianos acceder a condiciones de vida digna”. Finalmente, aseguraron que las cifras de pobreza en los campos colombianos han disminuido, porque los labriegos emigraron hacia las ciudades. “Asistimos a una corrupción generalizada. No vemos castigo para los políticos involucrados. Las EPS se robaron la plata de la salud de los colombianos y no hay responsables. Las chuzadas del DAS se quedaron en la impunidad”.