En el cementerio Central de Neiva fue sepultado José Ignacio Pisso, quien falleció después de sufrir una golpiza que le produjo trauma craneoencefálico severo. Sus hijos reclaman justicia en el Día del Padre. En el cementerio Central de Neiva fue sepultado José Ignacio Pisso, quien falleció después de sufrir una golpiza que le produjo trauma craneoencefálico severo. Sus hijos reclaman justicia en el Día del Padre. La Nación, Neiva En medio de mariachis y del llanto de sus familiares, fue sepultado ayer José Ignacio Pisso Arias, quien falleció luego de sufrir varios traumas en su cuerpo tras ser lanzado por supuestos amigos desde un segundo piso y donde luego le propinaron una fuerte golpiza. El hecho ocurrió en una taberna ubicada en el corregimiento Valencia de la Paz del municipio de Íquira y días después murió en el Hospital Universitario de Neiva. El labriego de 44 años dejó tres hijos, y el dolor que conmueve a sus familiares, quienes piden explicaciones tras los trágicos hechos. Sus descendientes no entienden porque tendrán que pasar el Día del Padre sin el ser que les dio la vida, una fecha que recordarán con dolor por haber despedido a su progenitor. Sus hijos que lo vieron por última vez antes de sepultarlo, sintieron en carne propia el dolor de la violencia y nunca se imaginaron despedir a un familiar de esa manera, “sufrieron mucho y más su hijo que esta prestando el servicio militar”, comentó un familiar del difunto. Un hombre enamorado “Un poco enamorado de las mujeres”, así lo describe Serafín Pisso, su padre, quien dijo que cada hijo que tuvo José Ignacio fue con una mujer distinta. “Todos tres eran de una mamá diferente pero a sus tres muchachos los quería por igual, hablaba de ellos y quería lo mejor para sus hijos, aunque sus mamas estaban vivas, él andaba pendiente de ellos, mi hijo fue una persona responsable”, agregó el progenitor del fallecido. Hace 25 años Serafín Pisso le hizo un gran regalo a su hijo quien tan pronto salió de prestar el servicio militar tuvo su parte de herencia y pudo administrar sus propias tierras. “No entiendo que fue lo que paso él era muy trabajador, recuerdo que hace muchos años cuando salió de prestar el servicio militar yo le regalé un pedazo de la finca para que se pusiera a trabajar, después de poner ese sitio muy bonito y de tener su casa a su gusto y donde crio a su primer hijo lo vendió y con esa plata se compro otra finca en Rio Negro – Íquira”, comentó el papá. “Otra cosa que le gustaba a mi hijo era que tomaba bastante pero él lo hacia cuando bajaba a Valencia de la Paz, allí con sus amigos compartía unos tragos y luego se iba para su casa, pero siempre fue responsable con sus deberes, con sus hijos y la finca. El domingo pasado él fue y se encontró con unos conocidos consumió algunas bebidas y luego se presentó una pelea, las personas que estaban ahí dicen que se agarraron a golpes y cuando vieron fue que él cayó del segundo piso de la taberna, dicen que luego que lo tiraron siguieron golpeándolo”, afirmó el papá en medio de las lágrimas. Mientras tanto, su hermana recordó a José Ignacio como un hombre respetuoso y muy responsable, “siempre pagaba lo de la finca para él eso era muy importante antes que cualquier otra cosa, sus hijos eran su vida, aunque ya estaban grandes, uno estaba prestando el servicio militar y ante todo les enseño a respetar y cumplir con sus deberes, mi hermano era una persona sana”. José Ignacio Pisso Arias, fallecido. Con serenata fue despedido el labriego. Fotos Oscar Roldán En medio del dolor y de las lágrimas los familiares más cercanos despidieron a José Ignacio Pisso.