Momentos de tristeza, llanto e intenso dolor se vivieron en el sepelio del pequeño Juan David Aya quien fue acompañado de sus padres, familiares, amigos de colegio, allegado y conocidos; hasta su última morada en el cementerio.

Con una sentida eucaristía realizada en la Iglesia San Judas Tadeo del barrio Las Granjas iniciaron las exequias del niño, Juan David Aya. El párroco indicó “el mejor recuerdo que podemos tener de él es el perdón, porque el perdón es de Dios”.

Durante la ceremonia se entonó la canción que Canten los niños en honor a la pequeña alma del niño de seis años, más tarde uno de los allegados en solidaridad con Sandra Ximena Aya, madre del menor expresó. “Este dolor que hoy tenemos, que Dios nos ayude a sobrellevarlo y a Sandra le vamos a demostrar todo el amor que le tenemos, para que salga adelante”.

Posteriormente, varios infantes tomaron las cintas que caían del pabellón de color azul y blanco y se dirigieron a la puerta de la parroquia. Allí nuevamente el cura bendijo el ataúd del pequeño Juan, que minutos después fue subido al coche fúnebre que dirigió la marcha de carros y motos que acompañó los restos mortales al Cementerio Central.

La tragedia

En relación al accidente de tránsito, Yuly Andrea agregó que la niña que iba con el primito y la tía llevaba un pollo en la mano, a ella se le cayó el alimento a la vía, la infante se agachó a recogerlo y doña Sandra (madre del infante) la subió al sardinel.

Mientras la anterior acción sucedía, “el carro se encontraba parqueado en la carrera 7, ahí mi allegada bajó el pie derecho a la par con el niño a la vía y en ese momento el vehículo apareció y se llevó al niño por delante”, agregó la mujer.

La denunciante, es muy enfática en afirmar, “si (el conductor) estrelló al niño pare, no sea desgraciado, pero aceleró y lo arrastró cerca de dos metros”.