El fallecimiento del médico Carlos Humberto Carvajal Baracaldo por COVID-19 generó consternación en el departamento. El galeno de 42 años laboraba en la Clínica de Ortopedia y de Fracturas de la ciudad de Neiva y gozaba de un gran aprecio por parte de sus familiares, amigos y compañeros.
La enfermedad opacó su esencia, permaneció durante ocho días en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Neiva, pero pese a los esfuerzos médicos no logró salir victorioso.
Un impactante relato le dio a LA NACIÓN, el también médico Diego Camilo Chilatra, quien lo atendió durante su paso por la UCI y no pudo evitar el llanto de ver el precario estado de salud de su colega.
“Lo recibí en la Unidad de Cuidado Intensivo donde yo estaba de turno. Su respiración venía en deterioro, pero él, guerrero como siempre, insistió y persistió más allá de lo que sus fuerzas le permitieron. Finalmente accedió a lo inevitable. Con los ojos anegados me pidió que lo intubara, chocamos nudillos, y me dijo, hágale mijo, mientras por sus venas empezaban a circular los sedantes. Salí de la habitación para sentarme a llorar como un niño de 6 años porque en el fondo, a pesar de que los médicos nos ponemos a diario la camiseta verde de la esperanza, ambos sabíamos que ese era nuestro último saludo”, fueron sus palabras.
Carvajal Baraclado se convierte en el cuarto miembro del grupo de médicos del departamento que pierde la batalla contra el virus. Esta enfermedad muy bien ha demostrado que no distingue estrato, raza o condición social. El virus sigue intacto así que no debemos bajar la guardia.